“Ese día nos habían dado autorización para llegar más tarde porque habíamos tomado créditos hasta muy tarde en el día anterior y nos habían dicho que nos tomáramos la mañana. La noticia de lo que pasó la recibí en mi casa, cuando escuché hablar al Presidente y despedirse.
Fue un cambio radical, porque se produjeron cambios de todo tipo: familiar, laboral y fue una situación que realmente fue muy triste.
Fue un día en que no supimos nada de los compañeros o de los maridos en ese tiempo. Durante varios días recorrimos varios estadios para saber dónde estaban nuestros compañeros, no sabíamos si estaban vivos o muertos. Al final, después de tres largos días, me enteré que mi marido había sido trasladado al estadio Nacional.
Mi marido era funcionario de la universidad y había sido presidente de la Federación de Estudiantes, entonces fue detenido y trasladado al estadio.
A través de un decreto se planteó que serían exoneradas todas las personas consideradas un peligro para la sociedad y cuando volvimos a intentar trabajar nos dijeron que no podíamos entrar, que estábamos en una lista en que se nos impedía entrar al lugar de trabajo”.
María Eugenia Vásquez, Directora departamento de Tecnología del Instituto Tecnológico de Recoleta.