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Columna de Opinión

2026

Cristian Arcos, Periodista

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  • Diario Usach

  • Jueves 1 de septiembre de 2022 - 21:44

Es extraño pensar en el Mundial subsiguiente, pero a Chile no le queda otra. Considerando que Qatar será, otra vez, un Mundial lejano, distante, sin morbo ni tanto interés, el foco se va a la inédita organización que preparan Estados Unidos, México y Canadá para jugar por primera vez un Mundial en tres países.

No falta demasiado para empezar las clasificatorias a dicho evento. Deberían arrancar en marzo del 2023. Para los países que jugarán en Qatar casi no habrá pausas, las eventuales renovaciones se irán dando en el proceso y ninguna transición se podrá construir entre un certamen y el otro. Para nosotros no. En ese sentido definir a un entrenador hace ya un tiempo le da un carácter de tranquilidad necesaria a un proceso que no será fácil.

El Mundial del 2026 se jugará con 48 selecciones. La Conmebol tendrá seis cupos directos al torneo y uno irá al repechaje. Siete de diez. Muchos creen que es tarea sencilla. Si miramos la última tabla eliminatoria, con la generación dorada aún en cancha, la Roja habría alcanzado apenas la repesca.

Este proceso que inició Eduardo Berizzo está lleno de desafíos complejos. Es probable que en los primeros duelos varios estandartes de la generación dorada sigan llevando el peso del equipo, pero a medida que avancen las fechas tendrán que dar paso a otros que deberán asumir el testimonio, ahora sí, sin tiempo para pruebas mayores. La prueba será en cancha y por los puntos. El arranque prometedor de Marcelino Núñez en el Norwich es una buena noticia. La consolidación de Ben Brereton, quien pronto debería dar un salto mayor en su carrera, es otra brisa de aire fresco. Hay varios jugadores prometedores, pero que aún no están para el salto mayor. Darío Osorio debería en el mediano plazo, pelear por una camiseta. Víctor Méndez, Carlos Palacios, Diego Valencia, jugadores que están en el exterior y que deberían exhibir un ritmo mayor en las nominaciones.

 Es cierto, hay más plazas para clasificar que para quedar eliminados. Pero Chile no debe confiarse. La inminente salida de Francis Cagigao del cargo dejará a Berizzo con poderes para planificar un trabajo sostenido. Pero requiere de una dirigencia robusta y de un Consejo de Presidentes que por una vez no lleve agua para su molino. El margen de error es estrecho. El universo de jugadores no es tan amplio. Para achicar el margen, hay que remar hacia el mismo lado, algo que suena muy bonito pero que es muy difícil de conseguir.