Su portada resume el espíritu rizomático del disco. Un collage de personajes que habitan el mundo de referentes relevantes en el universo del cantautor. Una suerte de manifiesto de todo lo que puede abarcar un puñado de nuevas canciones perdigadas en el tiempo.
La más antigua del disco es “Vivo”, una canción de 2020, que –según ha señalado el músico-, fue compuesta para Los Ángeles Azules, pero que no clasificó y finalmente se convirtió en un feat. junto a Rubén Albarrán de Café Tacvba.
Lo cierto es que ya conocíamos muchos adelantos, como “Paloma” en colaboración con Belencha, “Playaplaya”, y finalmente “Bolero Libra” un match con nuestra crédito internacional Mon Laferte. Todas ellas en una expresión muy pop y atenta a las raíces latinoamericanas que reinan en el circuito escénico del continente.
Es que Gepe se tomó el tiempo para crear el disco. Trabajó con los productores Julián Bernal y Pablo Stipicic, aunque la mayor parte de la producción musical la asumió el mismo. Sumó varios invitados diversos en género y procedencia, como el mencionado Albarrán, Cristian Heyne, Monsieur Periné, Movimiento Original, entre otros.
Porque las vertientes de las que se alimenta este disco son múltiples. En una reciente entrevista en el diario La Tercera, el cantautor cuenta que fue en busca de un consejo de la voz femenina de la Nueva Canción Chilena, Isabel Parra para buscar motivación. Finalmente se escucha la voz de la cantante al final del primer corte “Araña Pollito” con un extracto del tema “Zarzamora y madreselva”, una vieja canción que interpretaba Violeta.
En definitiva en su noveno disco a la fecha, el sanmiguelino resume en 14 canciones un recorrido de cuatro años por la música internacional, sorteando una dispersión que más bien es una constante que impregna a toda la música actual, más que una suerte personal.
Como el mismo músico reconoce en la misma entrevista, renombró su disco como “Undesastre”, “para personalizarlo e individualizarlo, porque me ha pasado que al hacer un disco quería que fuera de una manera y termina de otra. Eso me frustraba, pero ahora lo acepté”. Sin duda, otro signo de los tiempos veloces que vivimos.
Pablo Medel, Periodista.