Cultura

Benjamín Vicuña (44) está dedicado de lleno al proceso de crianza, disfrutando cada paso de su corresponsabilidad como padre. El actor chileno,  que enfrentó la dolorosamente pérdida de su hija Blanca, reflexiona sobre el significado de este rol, el que sin duda tuvo un giro a raíz de esta experiencia y a partir de la madurez propia del paso de los años.

Reconoce que mirando hacia el pasado, 10 o 15 años atrás, se veía más “neurótico”, hoy por hoy, goza de este proceso y también señala como punto importante, “estoy solo con ellos. Al no estar en pareja es más fácil el manejo”.

El actor revela que pasa bastante tiempo con sus hijos, Bautista (15), Beltrán (10), Benicio (8), Magnolia (5) y Amancio (2). Los tres primeros son hijos de la comunicadora Carolina "Pampita" Ardohaín y los dos últimos, después de una relación con la actriz, María Eugenia "China" Suárez.

Benja afirma que con la pandemia se vio en la necesidad de tener a sus niños semana por medio de forma corrida, entonces la co-crianza se presentó en gloria y majestad como un hecho. A su vez, no repara en halagos para las madres de sus hijos: “tengo la suerte de tener dos ex parejas que son muy buenas mamás y hacen lo imposible por sacar adelante a estas familias grandes, numerosas y demandantes”. También se reconoce en otra etapa como padre: el del disfrute, sobre todo cuando están todos juntos.

En la entrevista y sesión de fotos para Revista Velvet contó además, cómo ha ido cambiando en este camino, agregando a su vida grandes dosis de flexibilidad. “Hubo períodos en los que me arrepiento de haber hecho el “Duérmete Niño” (controvertido método para que los niños se duerman solos) o de haber perdido el tiempo poniendo límites. Me cago de la risa. Hoy en cambio, lo estoy disfrutando. El de 15 años directamente es mi partner. Hay quienes dicen ‛ojo, tu hijo no puede ser tu amigo’... ¡Váyanse a la cresta! Obviamente, sigo siendo su papá, su tutor, pero lo disfruto.”, dice.

El proceso que actualmente vive, también va de acuerdo al giro de los tiempos, “no soy ni el mejor ni el peor papá del mundo, pero creo que a la hora de evaluar es inevitable compararse con generaciones anteriores. Cada vez veo a más papás en las reuniones de apoderados. No existe un recuerdo mío de un papá en una reunión, ni siquiera en una fiesta de fin de año”, destacando la brecha generacional con los padres de antaño.

Además aseguró "estoy en un momento donde la vida me está obligando a una soltería en la que descubrí que encuentro mi mejor expresión como papá".

El actor también dice orgulloso, "mis hijos son mi día a día. Son mi vida, no tengo más que eso".

Además en la conversación con Revista Velvet fue inevitable hablar de su hija Blanca,  fallecida el 2012 cuando tenía seis años y quién inspiró su libro, Blanca, la niña que quería volar, de editorial Planeta. La misma niña que incluso provocó que el reconocido actor, según él mismo contó, visitara a una médium, “te lo digo porque visitar a una médium tiene tan mala prensa como decir que crees en los ovnis”. Esta acción fue parte de su búsqueda, la de un padre que quiere sentir calma y entender el doloroso proceso de perder a su hija.

Así y todo se admite como hombre que ama a la vida, “no me permito quedarme en la melancolía. Ganas no me faltan. Lo que pasa es que le pongo mucha actitud a la vida, es el instinto el que me ha salvado. Hay cosas que no entiendo por qué hago, como haberle puesto al cuerpo a esa película, escribir este libro o hacer esta entrevista. No lo entiendo, pero debe tener un sentido. Espero”.

La nota completa puedes leerla en la nueva edición de Revista Velvet, que se consigue  en www.revistavelvet.cl