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Columna de Opinión

¿Celebramos?

Gabriela Bade, socia y directora de Conversas.

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  • Diario Usach

  • Lunes 23 de diciembre de 2024 - 10:40

Leo y releo una noticia sobre la V Encuesta Nacional sobre Violencia Contra las Mujeres y no entiendo por qué no está en todos los titulares que la violencia reportada por las más 11 mil mujeres entrevistadas bajó un 8% en comparación al estudio anterior, de 2020.

Evidentemente mientras haya violencia no se puede celebrar. Pero no deja de ser muy importante analizar qué factores pueden incidir en esta baja y si es que ha influido en esta percepción todo lo ocurrido desde 2018, incluida no solo una mayor conciencia sobre la violencia de género, sino también las políticas implementadas desde entonces para combatir distintos escenarios de discriminacion.

Esta misma semana, otro estudio entregado por la Corporación Humanas, la Decimocuarta Encuesta de Percepciones de las Mujeres sobre sus condiciones de vida y el país, corrobora en algunas de sus preguntas esta mejoría. Al comparar los números de la versión anterior (2019), se percibe también una disminución de las situaciones de violencia. Sobre la pregunta “¿cree usted que la situación de las mujeres ha empeorado, se ha mantenido igual, o ha mejorado?” En 2019, solo un 1,7% decía que había mejorado. En la edición actual un 7% dice que ha mejorado. Hay un avance.

Insisto en que no hay nada que celebrar. Pero sin duda que todo lo que ha pasado en estos años en que las mujeres han expresado masiva y globalmente su demanda por justicia e igualdad, al menos en Chile ha tenido correlato en un conjunto de leyes y políticas públicas que sí parecen estar encaminadas en el sentido correcto.

Pienso por ejemplo en la ley Contra el Acoso Callejero promulgada en 2019; el dato que aporta la V Encuesta Nacional de VCM es el siguiente: el porcentaje de mujeres que señala haber sufrido algún tipo de violencia en espacios públicos pasó de 17.9% en 2020 a 12,3% en 2024. ¿Es esta ley la razón de esta baja? Probablemente no. Pero de no mediar un colectivo de mujeres organizadas que empujara esta ley (aplausos al OCAC) y su decidido trabajo por visibilizar estas violencias que estaban naturalizadas, estos números no habrían bajado.

En el ámbito laboral esta cifra bajó de 4,8% a 3.8. Y no, claramente no es la Ley Karin (promulgada en agosto pasado) la responsable. Pero definitivamente la mecha de 2018 logró activar un debate público en que hay mucho menos tolerancia al acoso sexual y laboral.

Y hasta ahí, los números pintan bien. Pero en educación viene el descalabro. Sí, ahí las cifras se disparan de 2,2% a 22,8% las mujeres que declaran haber sufrido algún tipo de violencia durante el año. Y acá también hay una ley, al menos para el ámbito de la educación superior, promulgada en 2021 para combatir el acoso sexual y la violencia de género. Y no nos cabe duda que las estudiantes secundarias y universitarias fueron algunas de las principales activistas del movimiento de 2018. No obstante, justo aquí, está el peor número de esta encuesta. ¿Qué está pasando? Una alternativa es pensar que justamente en este entorno es donde se ha desarrollado una mayor conciencia y podríamos decir que están más atentas y menos tolerantes a cualquier tipo de agresión.

Para celebrar sus 20 años, Corporación Humanas hizo una mesa de conversación en torno a los números de la encuesta que he comentado acá y una de las intervinientes, la destacada investigadora Kathya Araujo planteó una reflexión muy provocadora: ¿cuáles son los principios que nos unen como mujeres? Agregó que es probable que no estuviéramos de acuerdo en cuáles son, pero que dados los tiempos, era necesario que encontráramos unos mínimos en que estemos dispuestos a ir juntas (espero estar interpretando a su autora, en vista de que la cita no es literal).

A propósito de los tiempos que corren y la realidad que se impone: en las próximas dos semanas viviremos Navidad y Año Nuevo y se sabe que en las fiestas tiende a recrudecer la violencia contra las mujeres. Regalemos educación para la igualdad y respeto. Y que no nos de lo mismo si somos testigos de una situación de violencia; les dejo tres números: 149, 133 y 134.