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El Paris Saint-Germain se impuso por 1-0 al Real Madrid en la ida de los octavos de final de la Champions League, después de que Kylian Mbappé desnivelará el marcador cuando se jugaban los 93 minutos  y tras una gran acción personal para la algarabía de la afición en el Parque de los Príncipes.

La estrella del conjunto francés reclamó todos los focos y no defraudó en su gran noche. El campeón del mundo se esperó hasta el tiempo añadido, pero logró un gol exquisito tras dejar a dos rivales en el camino y ajustar con mucha calidad al palo más alejado de Thibaut Courtois, el mejor del Real Madrid.

El empate sin goles no hubiese sido justo para un PSG que tiró hasta 20 veces a portería por las 3 del equipo de Carlo Ancelotti, y ni siquiera alcanzaron los palos. El monólogo fue absoluto del conjunto parisino, que hizo mucho daño en el área y por las bandas, sobre todo por la zurda buscando la debilidad de Carvajal.

El lateral de Leganés fue un caramelo para Mbappé, que desbordó cuantas veces quiso a un equipo deshilachado, sin un plan establecido y sin opciones de encontrar a un recuperado Benzema. La noche fue muy oscura para el 13 veces campeón de Europa, que acabó la primera parte pidiendo la hora y rezando por no perder la pelota enseguida.

Para colmo, Casemiro fue amonestado y no podrá jugar la vuelta, de igual forma que Mendy, en un partido que fue muy trabado para los blancos en todas las facetas. Courtois fue cogiendo protagonismo y detuvo en dos ocasiones a Mbappé con lanzamientos muy peligrosos a los pocos minutos de la reanudación. El horno estaba ya demasiado caliente y el portero belga se erigió como el héroe del Real Madrid.

A la hora de partido llegó su momento cumbre cuando Carvajal derribó a Mbappé y el árbitro señaló penal sin dudarlo. La pena máxima fue cosa de Messi, que se encontró con un muro. El argentino -que lleva ocho partidos sin marcar a los merengues- lanzó el penal a un costado pero Courtois sacó la mano y lo mandó a córner. La celebración del Real Madrid pareció la de un gol a favor y el equipo creció con más posesión.

Cuando todo apuntaba al empate sin goles -incluso pudo haber algún susto con Bale a la contra- llegó el único gol del partido para los de Mauricio Pochettino. Una mala salida de balón condenó al Madrid por la banda derecha, la que dio problemas todo el partido.

Neymar asistió con el tacón a Mbappé y éste, tras un quiebro espectacular, plasmó en el marcador su derroche físico y técnico. Un gol que deja tocado a los de Ancelotti antes de afrontar la vuelta en el Santiago Bernabéu el próximo 9 de marzo. Los blancos han marcado un solo tanto en sus últimos cuatro partidos y acumulan dos derrotas y un empate.

El Manchester llevó su fiesta a Lisboa

Por su parte, el Manchester City puso este martes un pie y medio en los cuartos de final de la Liga de Campeones tras superar como visita al Sporting de Portugal en la ida por un contundente 5-0.

Salvo remontada histórica y para el recuerdo, el campeón portugués dirá adiós el próximo mes de marzo a su andadura en la máxima competición continental en el Etihad Stadium donde tendrá seguramente como principal misión oponer algo más de resistencia de lo que pudo hacer en este primer capítulo de la eliminatoria.

El actual subcampeón no se anduvo con contemplaciones en el Jose Alvalade, que se engalanó para tener una gran noche ante uno de los grandes favoritos, pero al que le fueron cayendo jarras de agua fría con cada tanto de los de Pep Guardiola, que firmaron un partido de mucho nivel y que les bastó la primera mitad para sentenciarlo.

El primer tanto llegó en el minuto 7, por medio de Mahrez y tras la revisión del VAR. El tanto no hizo mella de inicio en la moral del conjunto lisboeta, pero antes de que pudiera creer en sus opciones, Bernardo Silva, ex del Benfica, marcó el 2-0 con una gran volea a la salida de un saque de esquina.

Los locales sí acusaron este segundo golpe a su mandíbula y pese a los esfuerzos de Pedro Gonçalves, Ederson vivió una noche aparentemente tranquila. Con el City ya mandando con autoridad, Foden y Silva cerraron antes del descanso cualquier aspiración del Sporting.

Tras el paso por vestuarios, no cambió demasiado el guion, salvo que los visitantes parecieron tomárselo con más calma y pensando más en el futuro. Raheem Sterling, con otro gran gol, completó la goleada antes de la hora y el partido ya tuvo más historia.