A pasos acelerados trabajan, desde Estocolmo, la artista sueca-chilena Valeria Montti Colque y, desde Madrid, la curadora del proyecto “Cosmonación” Andrea Pacheco González, para inaugurar el próximo mes de abril “Cosmonación”, el proyecto que representará a Chile en la 60ª Bienal Internacional de Arte de Venecia, que estará abierta al público entre el 20 de abril y el 24 de noviembre de 2024.
“El reto mayor ahora es el calendario, el concurso se convocó tarde y hubo una serie de circunstancias que han complejizado el proceso como, por ejemplo, el cambio de pabellón. Sin embargo, hemos organizado un sistema de trabajo en el cual todo está muy calculado y Valeria está trabajando con un equipo profesional y competente en la producción de obra. Hace unas semanas estuvimos en Venecia, visitando el pabellón y nos quedamos muy contentas con el espacio. Nuestro proyecto está pensado especialmente para ese pabellón, con dos plantas y, además, nos llena de orgullo usar el mismo espacio que el pabellón de Lituania, que en la 58º Bienal consiguió en León de Oro con la extraordinaria ópera/performance 'Sun & Sea'”, señala Andrea Pacheco, curadora de arte profesional, chilena y radicada en España hace más de 20 años.
“Cosmonación” interpela desde el arte contemporáneo, los cuidados y los afectos, esa otra visión de la migración, de las personas desplazadas, que no siempre implica el posicionamiento en los márgenes y fronteras impuestas por el Estado-Nación. La exposición quiere explorar lo que sucede después de la migración, del desplazamiento, del exilio, no sólo la forma en que las comunidades habitan sus nuevos lugares de residencia, si no también qué sucede con las nuevas generaciones. Como dice el proyecto “Uno de los mayores desafíos que tendrán los gobiernos en las próximas décadas, tanto en el Norte como en el Sur global, será enfrentar las problemáticas asociadas al arcaico constructo de nación con las herramientas de la contemporaneidad”.
Para Pacheco, el concepto clave a la hora de hablar de estos fenómenos es hablar de comunidad diaspórica, una comunidad atravesada por el desplazamiento pero también por los encuentros generacionales, de identidades culturales de personas de diferentes naciones, algo que afecta a ambas en su día a día: “En mi caso como chilena española, tengo derecho a voto en ambos países, participo de la vida política de naciones que se encuentran a miles de kilómetros de distancia, lo mismo que Valeria. En su caso, también hay otros cruces de identidades culturales, en su ascendencia y su descendencia se cruzan varias culturas. Todo ese corpus intelectual, artístico y plástico está presente en su obra. Lo que sugiere nuestro proyecto es que estas identidades cosmonacionales necesitan formar parte de los relatos actuales en los que el arte juega un importante papel a nivel simbólico, tanto de los países de origen como en los lugares donde residen. Es un enorme desafío para los estados nación”, sostiene la curadora.
Para la curadora, “Cosmovisión” y en general toda la propuesta artística de Valeria Montti Colque tiene un potencial de hablar desde el exilio y la migración, pero no anclarse en el dolor, en lo que es la situación de discriminación o desarraigo que ella haya podido vivir en su infancia o juventud. “Su trabajo trasciende todo ese contexto político hostil de recibir constantemente la pregunta ¿y tú de dónde eres?, y se manifiesta, por el contrario, como una celebración de la vida al responder ‘soy de muchos lugares’. El trabajo de Valeria es esencialmente celebrativo, celebra esa riqueza, ese mestizaje, todo lo positivo que conlleva el que en un territorio compartan personas de diferentes culturas y origen étnico-racial”, señala Pacheco.