Cultura

A pesar de que frente a la opinión pública siempre ha sido difícil reconocer el gusto por los contenidos ligados a la farándula, no vamos a desconocer ahora que sus programas televisivos han marcado época, y uno de los más importantes anunció su regreso a la pantalla chica: Primer Plano.

Hace una semana, Chilevisión confirmó el regreso del estelar donde se comentaban “los escándalos de la semana” del espectáculo chileno desde finales de los noventa hasta el 2018. Cabe recordar, que el programa de farándula comenzó a emitirse en 1999 y terminó hace seis años, luego de cambios que se produjeron en la línea editorial del canal.

El regreso de Primer Plano a la televisión abierta es solo la guinda de la torta de una serie de programas que revivieron el formato y que actualmente se transmiten en la televisión. Incluso algunos han evolucionado con éxito a podcast y emisiones en redes sociales.

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Es el caso de la periodista Cecilia Gutiérrez, panelista de distintos espacios de farándula y coautora del libro “Felipe Camiroaga, la verdadera historia”. La profesional creó su propio canal de difusión en redes sociales, donde más de 30 mil personas siguen a diario sus exclusivas. Una de las más importantes del último tiempo fue el anuncio sobre el quiebre sentimental del Presidente Gabriel Boric con Irina Karamanos a fines de 2023. Cecilia Gutiérrez fue la primera en contarle a Chile que el Mandatario estaba soltero. A la semana, Boric debió reconocer el fin de su relación.

“Al chileno no le gusta el chisme. ¡Le encanta! Prueba de ello es que en los portales de noticias siempre las notas más leídas tienen que ver con farándula, con espectáculo… Es como parte no solo de la idiosincrasia, sino que, de la forma de ser de las personas, porque todos están de cierta medida pendientes de la vida privada del otro. En las oficinas, que ‘este llegó con este’, ‘este se separó’, ‘este no sé qué’. En la familia, en los barrios, en los edificios, como que todo traspasa la farándula. Entonces, creo que nunca ha dejado de estar presente”, señaló la periodista.

REGRESO A LA NORMALIDAD

El estallido social y la posterior pandemia del Covid-19 obligó a los canales de televisión a cambiar su contenido y dedicarse a tiempo completo a las noticias, dejando de lado los espacios ligados a la farándula y entretención. Sin embargo, con el regreso a la “normalidad”, la vida cíclica de la tevé trajo de regreso los paneles de farándula.

“Me hubiese parecido un poco raro que estuviéramos con farándula en todos los horarios de la televisión cuando había un estallido social, cuando había después una pandemia. Pero ahora que ya se normalizó un poco, el paso natural era que volviera la farándula. Canal 13 fue el primero en atreverse (emiten desde agosto el programa “¡Hay que decirlo!”), y los otros canales estaban ahí como todos al aguaite, esperando a ver cómo nos iba y cómo nos fue bien, se lanzaron. Entonces es una súper buena señal", sostiene Gutiérrez.

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El académico de la escuela de Periodismo de la Universidad de Santiago de Chile (Usach), Ricardo Ramírez, concuerda con la hipótesis de que la televisión vive procesos cíclicos, y que en su afán de captar la mayor cantidad de audiencia se adapta a los tiempos de las personas y sus necesidades.

“La televisión abierta sigue teniendo como objetivo contar con una audiencia masiva o que sea lo más amplia posible, por lo que permanentemente hace un trabajo de lectura o de interpretación del clima de época, de los ánimos de la sociedad y ajusta su programación en torno a lo que puede captar de ese ánimo, de ese clima de época”, comentó el académico.

¿Qué hace que este tipo de contenido sea tan demandado por las personas? ¿Se trata solo de entretención o hay algo de identificación con las personas que nos muestra la televisión? El académico planteó que "la farándula ofrece el acceso a una realidad distinta a la que estamos viviendo, una realidad no tan seria, no tan complicada. Permite no solamente conectar con ese entretenimiento, conectar con esa posibilidad de separarse de la realidad, de distensión".

Agregó que "también permite, de cierta manera, como explorar el comportamiento propio, en el sentido de que las audiencias pueden ponerse en el lugar de las personas cuyas historias, los programas de farándula están contando y responder como, cómo me comportaría yo en una situación como esa. Entonces, permite una conexión emocional que es bien profunda, pese a que las condiciones materiales o reales de las situaciones que esas personas tienen son muy distintas".