Deporte

Las autoridades de Francia esperan que más de cuatro millones de personas arriben a París para presenciar una nueva versión de los Juegos Paralímpicos, que se disputará entre los días 28 de agosto y el 8 de septiembre.

Desde el gobierno francés aseguraron que, tal como ocurrió con los Juegos Olímpicos, se aspirará a tener un máximo nivel de organización, la misma voluntad de fiesta popular y la misma ambición de éxito deportivo.

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Eso sí, habrá un cambio: en el caso de los Paralímpicos, la ceremonia de apertura no se realizará en el tramo del río Sena que atraviesa el centro de París, sino en la plaza de la Concordia y en el tramo contiguo de la avenida de los Campos Elíseos, y movilizará en esas zonas a 15.000 agentes de las fuerzas del orden.

Para preparar la participación chilena en este evento, el Team ParaChile llegó el domingo 11 de agosto a Francia y se trasladó en tren hasta el Centro Deportivo Regional Alcace de Mulhouse, ciudad fronteriza con Alemania ubicada a unos 540 kilómetros de París.

Para hablar de las expectativas que genera este evento en nuestro país y de proyecciones del deporte en Diario Usach conversamos con el velocista Gustavo Vilches, estudiante de Terapia Ocupacional de la Universidad de Santiago de Chile y atleta paralímpico en la especialidad de los 1.500 metros en la categoría T11 (ceguera completa).

“Creo que se vienen grandes cosas, los y las deportistas nos van a sorprender porque ya nos sorprendieron en Tokio 2020, trayendo varias medallas en esa ocasión. Hay deportistas bastante fuertes en ciertas disciplinas. Chile es una gran potencia en paratenis de mesa, en el parapowerlifting, en canotaje, en paranatación con el Beto Abarza. Así que por ahí yo creo que se vienen hartas cositas para la delegación chilena en esta ocasión”, comentó el atleta usachino.

Tal como ocurre con el “deporte convencional”, los y las atletas de los deportes paraolímpicos tienen conciencia de que su preparación muchas veces está llena de dificultades, y que en comparación con otras delegaciones sus recursos están muy por debajo de lo mínimo.

“Es ingrato para todos, pero sí analizando un poco más a profundidad para las personas con discapacidad es un poco más, porque el deporte paralímpico es más invisibilizado que el deporte convencional. Conseguir apoyos, conseguir auspicios es difícil porque no vende el deporte paralímpico en comparación con lo que vende el deporte convencional. En ese sentido es más ingrato”, sostiene Vilches, quien valora los recursos que ha inyectado el Estado en los últimos años, pero asegura que falta mucho por perfeccionar en su entrega.

 “Se ha nivelado un poco más la cancha en el ámbito estatal, con las becas PRODAR, con las becas del Instituto Nacional del Deporte, pero esas becas se logran cuando uno ya ha conseguido un status, una carrera, ha conseguido un nivel internacional. Pero cuando estás en el proceso tienes que bancártela solo, entonces eso es lo complejo, eso es lo ingrato. ¿Y qué pasa con las lesiones? ¿Qué pasa con la compra de implementos?”, sostiene el corredor.

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 VIDA DEL DEPORTE

Gustavo Vilches es oriundo de Pucón, tiene 29 años y posee discapacidad visual. Se inició en el deporte compitiendo en carreras de medio fondo, donde las y los competidores deben recorrer distancias de 1500 metros. Su buen desempeño lo llevó a ser parte del Team ParaChile, habiendo representado al país en diversos torneos nacionales e internacionales.

“Siempre me ha motivado la actividad física. Pero, el conocer una disciplina que se adaptaba a mí y cumplía mis expectativas me fue motivando más. Todos me decían que tenía condiciones para el deporte y después me di cuenta que mi constancia ha sido mi mayor fortaleza. Es lo que me ha llevado a destacarme a nivel nacional”, narra Vilches.

El deportista sostiene que resulta complejo compatibilizar sus estudios universitarios con su carrera en el atletismo, lo cual, a su juicio, “requiere mucho tiempo y dedicación”. Los resultados deportivos, no obstante, no siempre son los esperados, pero asevera que “el mayor desafío ha sido mantenerme motivado y ser constante (…) He aprendido a ver los fracasos como oportunidades para mejorar”.