Nicolás Jarry (54° del mundo) pasó de las dudas por quedar eliminado en primera ronda de los Masters 1000 de Madrid y Roma, y ante jugadores fuera del top 100, a estar exhibiendo esta semana, en el ATP 250 de Ginebra, el mejor tenis de su vida.
El tenista chileno no sólo se conformó con derribar al 4 del planeta, el noruego Casper Ruud, y así volver a vencer a un top ten tras cuatro años, sino que este viernes se tomó "revancha" del alemán Alexander Zverev (27°), ex 2 del orbe, por la dramática final que le ganó en este mismo torneo en 2019, donde el nieto de Jaime Fillol dejó pasar un match point en el tiebreak del tercer set.
El "Príncipe" superó al germano por parciales de 7-6 (3) y 6-3 mostrando un nivel descomunal, sobre todo con su servicio, para trepar al top 40 e instalarse en la definición del título, el cual buscará este sábado ante el búlgaro Grigor Dimitrov (33°) no antes de las 9.00 horas chilena.
Tras la victoria, el nacional se refirió a la "revancha" sobre "Sascha" en el certamen helvético, al expresar: "No me acuerdo de ese partido, pero sí o sí, la consistencia fue la clave de hoy. Yo estoy mucho más consistente que en años pasados y eso fue un punto a favor mío".
Además, el pupilo de Juan Ozón anticipó la final ante Dimitrov: "Será un partido contra un jugador que varía mucho los efectos, tengo que estar muy ágil y firme por los cambios que él hace con los diferentes efectos".
"Tengo que intentar seguir sacando como lo vengo haciendo, estar concentrado y tratar de meter un par de buenas devoluciones para darme chances", añadió "Nico".