El esperado despegue del cohete Starship de la empresa SpaceX, considerado el más potente jamás construido, no pudo realizarse este lunes por problemas técnicos y su primer vuelo de prueba fue atrasado al menos 42 horas.
Los técnicos de SpaceX en las instalaciones de la compañía de Elon Musk en Texas desistieron del lanzamiento del Starship.
Los técnicos dijeron que hallaron que una válvula de presurización estaba aparentemente congelada como motivo para aplazar la que iba a ser la primera prueba del cohete diseñado para llevar personas a la Luna y Marte.
"Desistimos del intento de prueba de vuelo de hoy, el equipo está trabajando de cara a la próxima oportunidad disponible", señaló SpaceX en un mensaje en Twitter.
Musk, poco antes, se había adelantado en la cuenta de su propia red social para dar la mala noticia.
"Una válvula presurizante parece estar congelada, por lo que, a menos que comience a funcionar pronto, no se lanzará hoy", había dicho Musk cuando ya los ingenieros comunicaron que había problemas técnicos y que era muy probable que hoy no se hiciera historia.
Los ingenieros de SpaceX continuaron, no obstante, con la cuenta atrás como un ensayo general, pero no se llegaron a encender los motores del súper cohete Starship, de 120 metros (394 pies) de longitud.
"Con una prueba como esta, el éxito se mide por cuánto podemos aprender, lo que informará y mejorará la probabilidad de éxito en el futuro a medida que SpaceX avanza rápidamente en el desarrollo de Starship", precisó la compañía sobre la experiencia de hoy.
El multimillonario, poco después de confirmarse el aplazamiento, volvió a Twitter para señalar que aprendió "mucho hoy" y que ya se estaba descargando el cohete para "volver a intentarlo en unos días".
El lanzamiento queda ahora aplazado hasta, en principio, el miércoles, aunque habrá que esperar todavía para saber con exactitud cuándo será el próximo intento.
Después de muchos años de preparación por parte de SpaceX, el pasado viernes la Administración Federal de Aviación (FAA) de EE.UU, responsable de conceder las licencias para el lanzamiento de cohetes comerciales en EE.UU., dio el visto bueno para el primer vuelo de prueba de Starship.
La zona de despegue, en el área de Brownsville (Texas), se encontraba hoy bajo una restricción del tráfico aéreo para evitar problemas en la operación del lanzamiento del cohete.
La compañía de Musk define a la nave espacial Starship y el cohete Super Heavy, denominados colectivamente Starship, como un sistema de transporte reutilizable diseñado para transportar tanto a la tripulación como a la carga a la órbita terrestre, la Luna, Marte y más allá.
Starship, con un diámetro de 9 metros (30 pies), es capaz de transportar hasta 150 toneladas totalmente reutilizables, según los cálculos de la compañía.
El objetivo es realizar en el futuro viajes interplanetarios con hasta 100 personas a bordo.
El cohete propulsor, en esta primera prueba fallida, iba a caer al mar al poco tiempo de despegar, aunque en el futuro se pretende la recuperación de los vehículos para que aterricen verticalmente en el mismo lugar del lanzamiento.
Hasta el lanzamiento de hoy el cohete más grande de la historia aeroespacial era el Saturno V de las misiones Apolo con poco más de 110 metros, que ya quedaron superados por este nuevo proyecto.
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