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Por Francisca Delgado Ruz

A cinco años de su fallecimiento, esta semana comenzó el juicio oral por el caso de Lissete Villa, niña de 11 años que murió al interior de una residencia del Servicio Nacional de Menores. Estación Central conversó con Carlos Vöhringer, director técnico del Hogar de Cristo, quien señaló: “Estos casos nos abren una lucidez transitoria, como sociedad nos horrorizamos por un momento, pero a pesar de lo grave, se nos olvida. No recordamos que los niños deben ser puestos como prioridad”.

Respecto a la investigación desarrollada por el Hogar de Cristo titulada “Ser niña en una residencia de protección en Chile”, Vöhringer detalló que el estudio reveló que “el ser menor de edad, la pobreza y la exclusión hace que las niñas estén en una situación más desfavorable que sus pares masculinos al presentar mayores niveles de violencia sexual”. Y advirtió que las niñas sufren de mayores experiencias traumáticas, revictimización, problemas de salud mental y menores expectativas a futuro.

El director técnico de la fundación detalló que el estudio busca “hacer una denuncia porque provenir de un contexto de pobreza y estar al cuidado del Estado aumenta las posibilidades de sufrir vulneraciones como la explotación sexual”.  Y considera que “necesitamos giara la óptica hacia la protección preventiva de la infancia con un sistema integral con recursos y equipos especializados para trabajar con niños y en temas de género”.

“No puede ser que después de 20 años de la promulgación de los derechos de niños y niñas, no tengamos una ley que garantice un sistema de protección adecuada. Hoy no está tipificado en la legislación penal el delito de explotación sexual, hablamos de prostitución infantil lo que es erróneo poniendo la responsabilidad en las niñas”, apuntó Vöhringer. 

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