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Es Doctora en Ciencias Naturales y Especialista en Microbiología del Instituto Max Planck de Limnología y de la Universidad de Kiel en Alemania, pero lejos de presentar este bagaje con el que es parte también de grupos como la Red de Investigadoras de Chile y el Colectivo Más Ciencia Para Chile, Cristina Dorador se identifica más con el denominador de científica. También con el de activista ambiental. Y es que el quehacer en las políticas públicas, “nunca partidista, siempre independiente”, dice, ha sido fundamental en su desarrollo y trabajo en la región de Antofagasta y en el desierto de Atacama.

Ahora, siendo electa por el distrito 3 para redacta la nueva Carta Magna, es una de las mujeres en la mira de los medios. “Yo creo que pasa porque hay un sesgo desde la RM. Hay un artículo en CIPER que muestra que el 70% de la cobertura (en medios) fue en tres distritos, entonces están descubriendo a los ‘nuevos” pero nosotros siempre hemos estado acá”, comentó en Radio Usach. “Me siento con mucha responsabilidad y tomo los resultados con humildad”, comentó la académica. Algunos de los temas específicos de su área que tiene como desafíos poner en la mesa es descentralizar la investigación, avanzar en la accesibilidad de las ciencias y en recursos. Pero todo ello va de la mano con el cuestionamiento general del sistema.

“Para avanzar en este nuevo Chile que estamos tratando de escribir, una se tiene que cuestionar los modelos económicos que en este país están basados en el extractivismo. Avanzar hacia un post-extractivismo. No significa que se acabe la minería, por ejemplo, sino que cambiar la manera de hacerlo”, señaló Dorador, poniendo énfasis en comprender que la protección de los recursos naturales es un tema transversal, y que “más que un artículo que mencione a la ciencia, tiene que estar todo el texto constitucional pensado en el conocimiento. Desde reconocer los saberes ancestrales, locales, y también otros tópicos que estén impregnados en el texto, como la equidad”.

Para la científica, esto es lo que generará una base para una mejor inyección de recursos en y que se pase a un trabajo colaborativo, con “Estado más solidario que subsidiario” y en donde el empresariado también aporte: “Los privados invierten poco y nada en ciencia y tecnología, y si lo hacen, es para sus propios intereses”. En un camino que puede tomar hasta un año en su redacción, para Cristina Dorador es importantísimo que la Convención Constitucional tome en cuenta a “la gente que habita los territorios, incluyendo los pueblos originarios, que saben mucho de donde viven, cómo se comportan los sistemas naturales, de cómo es la vida. Y esta visión media colonialista de que venga un experto a decirles lo que tienen que hacer, y hacen estudios y no los consideran, tiene que cambiar.

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