Por Daniela Figueroa Videla
Según consigna El Mercurio, tras el Estallido Social, las postulaciones a la Escuela de Carabineros bajaron un 71% con respecto a 2019. Ante esto, el subsecretario del Interior, Juan Francisco Galli, adelantó que el gobierno enviará al Congreso una propuesta de “nueva carrera policial”. Sobre las reformas a Carabineros, conversó Estación Central con Jorge Araya, ex jefe de la División de Seguridad Pública del Ministerio del Interior.
Araya señaló que había una serie de indicios, desde el 2018 y 2019, sobre la evaluación de Carabineros por la ciudadanía y que la valoración hacia la Institución era menor en la población de sectores populares y por parte de los jóvenes, principalmente.
El especialista en seguridad pública señaló que en el Estallido Social “observamos una actuación desprolija, más llevada por la pasión y por la rabia, más una guerrilla que una actuación policial equilibrada, prolija e inteligente”
Agregó que “es difícil hacer una reforma policial, pero es posible” agregando que “ha habido una resistencia muy fuerte desde la Institución”. Sin embargo, sostuvo que las crisis permiten reformas; considera que se han desprestigiado tanto como Institución que esto es una oportunidad para la clase política de hacer los cambios necesarios. “Nunca ha habido un control civil de la Institución que es lo que se requiere”. Poseen “una autonomía y libertad de acción única que no posee ninguna Institución en el país”.
Araya dijo que es complejo modificar la institución de un carácter militar a una policía más ciudadana, pero que se puede hacer más control civil efectivo ya que estamos con un amarre donde Carabineros se rige por una Ley Orgánica Constitucional propia. “Se requiere un modificación legal profunda para una nueva gobernanza de la Institución democrática y no con un origen en privilegios y normativas que quedaron desde la dictadura”.
Respecto al reciente aumento de gratificación de hasta el 30% a Carabineros por su desempeño en la pandemia, a Araya le parece “lamentable” porque es percibido por cualquier ciudadano “como un premio a la lealtad de la Institución hacia el gobierno, no hacia el Estado".
"Yo creo que es una Institución que mostró una mala actuación, poco profesional; los más de 400 casos graves de pérdida ocular, parcial o total, hablan de unos funcionarios que actuaban motivados por la rabia, por la pasión viendo al manifestante como un enemigo. (…) Esa actuación no debiese ser premiada”.
“Ya ha sido mala la calidad de Carabineros por corrupción y por una actuación muy ineficiente y poco profesional y ahora con baja postulaciones me temo que la situación pueda empeorar”, señaló Jorge Araya.
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