Los estragos de la crisis sanitaria mundial alcanzaron también, por supuesto, el quehacer científico astronómico. Conocido es el aporte en las últimas noticias que hemos sabido, nos ha traído el espacio, con la medición de vientos estratoféricos de Júpiter o el objeto emisor de ondas radiales, que tanto revuelo causan en la agenda noticiosa o simplemente, en la imaginación. Sin embargo, como explicó Juan Cortés en All you need is lab, esas investigaciones corresponden a análisis de datos adquiridos antes del 2020: “El observatorio toma datos y eso son analizados por los científicos. Podemos tomar datos este año y puede pasar tiempo en que el investigador principal publique”. De ahí la importancia de pasar tantos meses sin operar, pues “se estancó la adquisición de datos” y eso repercute en el conocimiento que va dejando el universo.
ALMA ha sido protagonista dentro de esa gran cantidad de información que se va acumulando. “En el caso de Júpiter lo que hicieron es investigar los restos de la caída del cometa SL9. Ese impacto produjo nuevas moléculas en la atmósfera de Júpiter. Lo que hizo ALMA fue trazar esas moléculas. Lo que se observó es que los vientos llegan a 1450 km/h, a 900 km de altura. Con eso te permite estudiar la dinámica de la atmósfera de Júpiter. Es importante porque es el planeta más grande del sistema solar. Tan grande que está entre estrella y planeta, como objeto casi intermedio”, señaló el Gerente del grupo de gestión de programas de ALMA.
Por ello, están más que entusiasmados por lo que significa volver al ruedo del radiotelescopio. “Ha representado un gran esfuerzo técnico, para ingenieros, científicos, técnicos y astrónomos, porque son 66 antenas, de las cuáles 54 antenas de 12 mts., y 12 de 7 mts., a 5 mil metros de altura, por un año completamente detenidas. Uno detiene un auto unos cuantos meses y no se puede echar a andar, imagínense todo el desafío que es reiniciar un observatorio de esta envergadura”, apuntó Cortés, aludiendo también al paso a paso que han debido llevar para la mantención de las antenas que han estado expuestas a un invierno altiplánico, radiación, polvo, y en el contexto de la pandemia, siguiendo un estricto protocolo de seguridad para evitar los contagios.
Eso sí, el científico fue enfático: “Esta apertura está limitada a la toma de datos y funcionamiento del observatorio. No está abierta a la comunidad y turismo. Lamentablemente la pandemia no permite que tengamos este tipo de actividades todavía”. Y es que por ahora, se encuentran “iniciando el llamado a propuesta de observación a la comunidad científica para el próximo año, del llamado ciclo 8. Durante los próximos 10 años ALMA tendrá bastantes cambios con mejoras en su capacidad científicas, en lo que se llama Plan de Desarrollo ALMA 2030, mejora en capacidades conectoras. Tiene para rato en su funcionamiento en lo que se puede denominar de astronomía de frontera”, aseguró.
De todas maneras, sí se han mantenido muy activos en sus rrss y página web, www.almaobservatory.org, para que todas las personas puedan acceder de manera remota a las actividades educativas, audiovisuales y maravillosas imágenes del espacio.
La entrevista completa aquí.
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