Los casos por intoxicación con monóxido de carbono han aumentado como consecuencia de los métodos que se utilizan para calefaccionar los hogares.
Según consignó El Mercurio, hasta mayo de este año, 31 personas ingresaron a un centro asistencial afectadas por estos gases, mientras que en 2023 fueron solo 13.
En abril, hubo nueve afectados, mientras que el año pasado fueron apenas cinco, de acuerdo a cifras recabadas por el Centro de Información Toxicológica de la Universidad Católica (Cituc).
El director del recinto especializado, Juan Carlos Ríos, señala que estas intoxicaciones se generan porque ese gas emana de las diferentes formas de calefacción basadas en combustibles fósiles, como la parafina, entre otros.
Los que más han afectado la salud de las personas, hasta el punto que lleguen a un centro asistencial por intoxicación, son los braseros (42%), el humo de maquinaria (14%) y las estufas (11%).
Ríos comenta que este año aumentó el uso de braseros, "probablemente, porque el costo es más barato” y advierte que este llamado "asesino silencioso” es preocupante "porque la gente no es capaz de percibirlo, ya que es un gas que no tiene olor ni sabor, y no es ya que es un gas que no tiene olor ni sabor, y no es irritante”.
Las personas que se han visto más impactados con este tipo de intoxicaciones son los adultos mayores (60%) y preescolares (14%).
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