La tasa de inflación interanual en Alemania se disparó en septiembre hasta el 10%, el nivel más alto en la Alemania reunificada, principalmente por los elevados precios de la energía, pero también de los alimentos, informó este jueves la Oficina Federal de Estadística (Destatis).
Así, el índice de precios al consumo (IPC), que se ha mantenido por encima del 7% durante siete meses, aumentó drásticamente respecto al 7,9% interanual registrado en agosto.
El presidente de Destatis, Georg Thiel, señaló que "con un 10% la tasa de inflación alcanzó un nuevo máximo en la Alemania unificada", y precisó que "las principales razones de la elevada inflación siguen siendo los enormes aumentos de precios de los productos energéticos".
"No obstante, observamos cada vez más subidas de precios en muchos otros productos, especialmente en los alimentos", indicó.
Agregó que el fin del billete subvencionado de transporte público a 9 euros por mes y de la rebaja del carburante aumentó la presión al alza de los precios en septiembre.
Destacó que estas medidas temporales del segundo paquete de ayudas del Gobierno "han tenido un efecto amortiguador sobre la inflación general entre junio y agosto", que Destatis estimó en aproximadamente un punto porcentual.
Así, el aumento interanual de los precios en el transporte fue del 14% en septiembre, frente al 3,7% de agosto, el 5,4% de julio y el 8,3% de junio, mientras que en mayo, antes de la entrada en vigor de las medidas de alivio, había sido del 16,3%.
Los productos energéticos se encarecieron en septiembre un 43,9% interanual, tras el 35,6% de agosto. En tanto, el precio de la energía doméstica se incrementó en un 51,8%.
Así, el precio del gasóleo ligero de calefacción se duplicó con creces, hasta un 108,4%, el del gas natural subió un 95,1 %, y el de la electricidad, un 21,0 %.
Los carburantes se encarecieron en septiembre un 30,5 % interanual, frente al 16,5 % de agosto, el 23 % de julio y el 33,2 % de junio, mientras que en mayo, antes de que entrara en vigor la rebaja de los carburantes, los precios habían subido un 41 %.
El fin del impuesto reducido sobre los hidrocarburos es, no obstante, sólo una de las razones para el fuerte aumento del precio de los carburantes.
Así, el encarecimiento de los productos energéticos se debe principalmente a las fuertes subidas de los precios de compra internacionales.
Además del aumento de los precios de todos los productos energéticos como consecuencia de la guerra en Ucrania y la situación de crisis, los problemas de suministro y las notables subidas de precios en las fases económicas previas influyeron en la tasa de inflación.
Como consecuencia, se encarecieron también otros bienes y servicios, especialmente de nuevo muchos productos alimenticios, que con una subida de precios del 18,7% interanual, superaron la inflación general.
En general, el aumento de los precios se ha reforzado de forma sucesiva desde principios de año.
El encarecimiento se observó en todos los grupos de alimentos: subieron considerablemente las grasas y aceites -un 49 %-, los lácteos y los huevos -un 29,1 %-, la carne y los elaborados cárnicos -un 19,5 %- y el pan y los cereales -un 18,5 %-.
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