Las noches de primavera y verano pueden convertirse en un verdadero calvario para quienes buscan un descanso reparador. El calor no solo genera incomodidad, sino que afecta directamente los mecanismos biológicos del sueño, provocando consecuencias negativas para la salud.
La Dra. Paula Contreras, especialista de la Clínica del Sueño de Clínica INDISA, revela un dato crucial: el sueño solo se inicia cuando nuestro cuerpo logra reducir su temperatura en 1-1,5 grados. Para que esto ocurra, necesitamos un ambiente fresco, idealmente entre 18 y 21°C. Las temperaturas más altas bloquean este mecanismo natural del organismo.
Según la especialista, el calor excesivo interfiere con nuestro sistema de termorregulación, dificultando el enfriamiento corporal necesario para iniciar el sueño. Esto provoca:
Reducción del sueño profundo: las fases más reparadoras del sueño disminuyen significativamente.
Mayor fragmentación: aumentan los despertares nocturnos, haciendo el sueño discontinuo.
Alteración del sueño REM: se compromete la fase donde ocurre la consolidación de la memoria.
“Cuando dormimos con calor, nuestro cuerpo activa mecanismos como la vasodilatación y la sudoración para intentar mantener la temperatura adecuada”, añade la Dra. Paula Contreras. “Esto provoca un sueño más ligero y menos reparador”, puntualiza.
EL CICLO CIRCADIANO Y LA TEMPERATURA: UN BAILE SINCRONIZADO
Nuestro reloj interno, conocido como ritmo circadiano, está íntimamente ligado a los cambios de temperatura corporal. Este sistema regula no solo cuándo dormimos, sino también cómo lo hacemos. “Durante un ciclo de 24 horas, nuestra temperatura corporal fluctúa naturalmente, alcanzando su punto más alto a media tarde y descendiendo durante la noche, con su mínimo entre las 2 y 4 de la madrugada”, explica la especialista. “Este descenso nocturno es una señal crucial para la liberación de melatonina y la inducción natural del sueño”, agrega.
Cuando el ambiente es demasiado caluroso este ritmo natural se altera, confundiendo los mecanismos biológicos que regulan nuestros ciclos de sueño-vigilia.
IMPACTO DE LAS OLAS DE CALOR EN LA CALIDAD DE SUEÑO
Las olas de calor cada vez más frecuentes e intensas debido al cambio climático están generando un problema de salud pública relacionado con el sueño:
Aumento de consultas médicas: los especialistas reportan hasta un 30% más de consultas por problemas de sueño durante las olas de calor.
Disminución del rendimiento laboral: la fatiga por falta de sueño adecuado afecta la productividad.
Mayor irritabilidad y problemas de convivencia: el mal descanso impacta en las relaciones interpersonales.
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