El Sexto Tribunal Oral Penal de Santiago sentenció al anarquista Francisco Solar a un total de 86 años de cárcel por colocación y envío de bombas, además de homicidios frustrados, mientras que su pareja Mónica Caballero recibió una pena de 12 años de presidio en calidad de cómplice.
En el detalle, Francisco Solar deberá cumplir cuatro penas de 12 años de presidio como autor de colocación y activación de artefactos explosivos. Además, deberá pasar tras las rejas otros 15 y 12 años como autor de homicidio frustrado de carabinero y homicidio frustrado.
Además, por un delito consumado de lesiones graves a funcionario de Carabineros deberá cumplir una pena de seis años. Por lesiones menos graves a funcionario de Carabineros se le condenó a una pena de 600 días.
En tanto, por cinco delitos consumados de lesiones leves a carabineros en ejercicio de sus funciones a cinco penas de 100 días de presidio menor en su grado mínimo. Finalmente, por un delito de daños calificados se le impusieron 818 días de reclusión menor en su grado medio.
Caballero fue condenada a una pena única de 12 años de prisión como cómplice de dos delitos consumados de colocación y activación de artefactos explosivos de fabricación artesanal.
La Fiscalía Metropolitana Sur los acusó por la instalación de una bomba dirigida a Rodrigo Hinzpeter en las oficinas de Quiñenco de Vitacura, en 2019. Además, por la colocación de un artefacto que alcanzó a explotar en la 54a. comisaría de Huechuraba y por dos bombas instaladas en Torre Millenium en Las Condes, en 2020, que no detonaron.
El fiscal Álex Cortez afirmó que las altas penas soilicitadas se deben a que las pruebas establecieron que "estos artefactos explosivos estaban destinados a matar a determinadas personas y por eso el Ministerio Público también acusó por homicidio frustrado". De hecho en la comisaría resultaron heridos varios carabineros.
Durante el juicio oral, Solar admitió los delitos y declaró que la "pretensión" de esta acción fue "dar una respuesta a la brutalidad policial y a un exministro del Interior recordado por su faceta represiva", lo cual "se cumplió completamente".
Solar y Caballero ya habían sido condenados en España como autores de la colocación de una bomba que explotó en 2013 en la Basílica del Pilar, en Zaragoza. Cumplieron cuatro años y seis meses de cárcel y luego fueron deportados, volviendo a Chile en 2017.
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