Cultura

Las expectativas eran altas. Tras una extensa gira de reunión que comenzó en el estadio Santa Laura (en marzo de 2023) y tras la publicación de “Noviembre” (su octavo disco de estudio), Los Bunkers concluyeron su etapa más reciente con dos conciertos de altísima altura en el Estadio Nacional y con cerca de 100 mil espectadores en el recinto de Ñuñoa.

En términos estrictos, en las presentaciones del 27 y 28 de abril, el quinteto penquista (que por estos días cuenta con Cancamusa en reemplazo del baterista Mauricio Basualto) ejecutó un set de 33 canciones en recitales (extraídas desde sus ocho discos de estudio) y que se extendieron por tres horas. Y en lo que respecta a la interpretación, la banda hizo gala de su conocida calidad instrumental, hicieron las pausas necesarias para comunicarse con la audiencia, nunca perdieron el ritmo de los conciertos y demostraron con creces el por qué se les considera como la agrupación chilena más relevante de las últimas décadas.

Ahora, en términos emotivos, Los Bunkers fueron rigurosos para entregar un relato contundente de su historia artística, con una prolija puesta en escena (la más grande jamás mostrada por una agrupación nacional), con invitados sorpresa (la inclusión del elenco de 31 Minutos para “Una nube cuelga sobre mí” más un divertido stand up previo de Guaripolo), la inclusión virtual de Víctor Jara para la interpretación de “El derecho de vivir en paz” y un set acústico en el Memorial del Estadio Nacional.

Todo lo anterior, acompañado de infraestructura técnica (con un escenario que incluyó 5 pantallas, 70 metros largo, 30 de alto, con una pasarela de 20 metros, que se adentraba en la cancha y que se extendía en tres brazos, 25 cámaras de televisión, drones para captar al público, un brandeo del coliseo y más), hacen que estos dos conciertos se conviertan en el punto más alto en la carrera de la banda.

Esa espectacularidad tuvo un momento de carácter editorial para el grupo, de resultado emotivo para los presentes y que se complementó de gran manera con la intensidad eléctrica del show: el momento en que la agrupación aparece con ponchos e instrumentos acústicos en el Memorial del Estadio Nacional,  en el mismo lugar en donde permanece la frase “un pueblo sin memoria es un pueblo sin futuro”.

Fue desde ese lugar, y durante su primera presentación, la del sábado 27 de abril cuando el guitarrista Mauricio Durán señaló, antes de interpretar “El detenido”, esa canción se había escrito hace casi 25 años, en una sala al otro lado de la capital, para probablemente, ser interpretada este fin de semana ante un estadio lleno.

“Estamos viviendo tiempos muy extraños, muy difíciles, donde esa violencia no solo la vemos por internet, televisión o guerras a miles de kilómetros de aquí, sino que también lamentablemente en estos días hemos visto la violencia en nuestra propia casa, eso siempre resulta muy desolador”, dijo el músico para luego señalar: “este lugar es muy especial, se construyó para recibir y multiplicar la alegría de un país, pero la historia nos ha demostrado que un lugar tan bello como este, en manos equivocadas, puede transformarse en la vasija de mucho dolor”.

Los Bunkers aprovecharon la instancia de sus conciertos más masivos en el país para homenajear, no solo su propia historia, sino para dar un valor a su obra que va mucho más allá de lo simplemente musical y que da cuenta de su propia visión de Chile, su sentir político y su relación con la historia reciente de nuestra sociedad.

Tras eso, la sorpresa de ver a Víctor Jara junto a los penquistas en el “Derecho de vivir en paz” (aplicando un formato similar al que Paul McCartney utilizó en el festival Glastonbury de 2022 para interpretar “I’ve got a feeling”) fue otro de los puntos altos que deja a Los Bunkers en el Estadio Nacional dentro de los recitales que se van a recordar por décadas.

(Foto: Instagram @losbunkersoficial)

En síntesis, los penquistas ratificaron el por qué se han convertido en una de las bandas musicales más importantes del país, demostraron su desplante para grandes escenarios, expresaron su visión política con una cuidada puesta en escena y demostraron que el rock chileno puede ser convocante cuando hay repertorio y la propuesta es de calidad.

Foto: Instagram @periodistillo