En marzo del año pasado, Matucana 100 (M100) tuvo que cerrar sus puertas. Cristóbal Gumucio, director ejecutivo del centro cultural, rápidamente entendió que había que adaptarse a una pandemia que golpeó con fuerza al arte.
Así surgió el formato digital, que les permitió tener exposiciones durante gran parte de 2020. Gumucio reconoce a Diario Usach que “lo que teníamos de registro era pobre, era algo de archivo, pero no algo para que fuera exhibido o para generar un lenguaje, así que al principio usamos las redes sociales”.
Luego, hubo un proceso de sofisticación que llevó a convertir el centro cultural en un plató de grabación. “Ahí pudimos grabar obras, las exposiciones en 360°, que ahora son un elemento permanente. Sin dudas la pandemia tiene aspectos negativos, pero cuando uno se ve forzado a estas situaciones extremas, anormales, te tienes que adaptar y esas adaptaciones producen otra cosa, inevitablemente, y eso es positivo, como por ejemplo empezamos a llegar a lugares que antes no llegábamos. Además, hay un nuevo formato o herramienta en que una obra se puede derivar, no digo que la reemplace”.
Desde su nacimiento hasta nuestros días, M100 ha vivido procesos de reinvención que, acompañados de experiencias artísticas y culturales, lo elevan como uno de los centros neurálgicos del sector de Santiago Poniente. Hoy, tras la apertura por la baja de casos de Covid-19, celebra sus 20 años de vida.
Cristóbal Gumucio reconoce que, para este festejo, se pusieron en todos los escenarios. “Ya el año pasado teníamos claro que la fecha de la celebración iba a hacer compleja, nos instalamos en las distintas posibilidades que podía haber, con escenarios más restrictivos que ahora, preparamos una programación que pensara en todo eso”, revela.
Agrega que “ya comenzamos con una exposición que terminamos hace poco, llamado Políticas del espacio, donde convocamos a 20 artistas, también estrenamos Cómo convertirse en Piedra, ahora pronto tendremos Magallanes, y en música vamos a tener el festival musical MFest, donde nos ajustamos a este contexto distinto, complejo, y lo haremos dos días, con 20 bandas. También lanzamos Matucana Play”.
- ¿En el futuro, puede existir un híbrido de lo digital y lo presencial en Matucana 100?
Va a ir evolucionando y hay que ver cómo evoluciona, pero tener esta herramienta, con las exposiciones, que ya son en 360° y digital, y que le permite al equipo trabajar con alumnos hasta con una escuela de la región de Aysén es algo interesante. Y por otro lado los artistas tienen otra posibilidad, hoy los artistas tienen su obra más diversa, y no están contenidos en un formato, en el fondo, la posibilidad hoy permite que un mismo proyecto tenga distintas derivadas, eso lo definirán los artistas, pero hay una potencialidad que la quisimos cristalizar en Matucana Play, porque estamos grabando y vamos a seguir grabando.
- ¿Cómo fue para ti y para el equipo de Matucana 100 la vuelta de la gente?
Nosotros volvimos cuando pudimos, en julio, y estrenamos 4 obras, cine al aire libre, recitales, ferias, exhibiciones, ya venimos rodados, había que aprovechar altiro, siempre con la colaboración de los creadores artistas. Ahí vimos que el público estaba deseoso de vivir la experiencia presencial, y ese era el reto, había un cierto agote de lo digital, esto va a decantar, era urgente para la gente salir a los bares, vivir una obra, el encontrarse, la sensación de piel, de vivir la experiencia artística era urgente, y lo vemos en la respuesta del público, siendo que el aforo es limitado, llena los espacios. Vemos que esta ausencia generó mayor valoración, este vacío generó que dijeran esto es importante, mucha gente se dio cuenta qué era importante, y entre ellas estaba la experiencia artística, ir a un recital, ver una exposición o obra. La gente revalorizó en su memoria emotiva, en su recordatorio, como algo fundamental, y eso a largo plazo nos resitúa en otro lugar.
-¿Cómo ves el futuro de Matucana 100, en medio de esta pandemia?
Veo, y es también un desafío, que hay que ver cómo nos conectamos al territorio nacional, más allá de la pandemia estamos en un momento icónico de cambio, está la constituyente y también los gobernadores elegidos, y eso no es menor, porque cambia la fisionomía casi colonial que tiene esta república joven de Chile, que casi todo venía de manera vertical desde Santiago, con un sistema presidencial, demasiado vertical, y mientras se vaya descentralizando va a generar otra densidad de país, con un dialogo cultural artístico más repotenciado. El desafío es ver cómo le damos velocidad y aportamos en este proceso de construcción, que la cultura va a jugar un papel clave en esto, que tiene que ver con los elementos más simbólicos, con el diálogo, con darle una densidad al país de otra forma.
¿Cómo fue la conexión con los artista en pandemia, cómo los ayudaron?
Nuestra voluntad era no perder velocidad y rapidez en estar activos todo el tiempo, para que la escena no cayera en vacío y silencio, que podría tener costos altísimos, porque el arte en Chile se financia por la voluntad creativa de los artistas, y si entra en crisis, muchos proyectos se abortan, y eso significa que podríamos retroceder 10 años, ya que un artista podría decidir tirar la esponja, dedicarse a otra cosa por necesidad, pero toda esa inversión de él, que era propia, se pierde. Hoy es difícil saber cómo pegó la pandemia en los distintos subsectores del arte, creo que sí pegó fuerte, es obvio que es uno de los sectores más dañados en la pandemia. El arte sin duda está bien golpeado, pero nuestra forma de aportar a la escena fue siendo super dinámicos, para no perder ningún momento de actividad, no paramos nunca de hacer exposiciones, aunque estuviéramos encerrados.
- El próximo año habrán nuevos recortes en el presupuesto de cultura, ¿Cómo les afecta?
Viene súper complicado, porque también el elemento inflacionario proyectado para este año y el próximo, si no hay inversión estatal fuerte, significa un deterioro de la situación fuerte, ya hoy se siente, al sector le complica y lamentablemente el presupuesto no fue expansivo en este sector, que requería una inyección más fuerte, no lo leyó así el gobierno lamentablemente. En este sector no había que tener ajustes. Lo que sí es que veo que los candidatos, excepto Kast, hablan de subir el presupuesto en cultura, no digo que es una batalla ganada, pero para el 2023, que tenga una subida progresiva, hay un consenso que puede ser una luz al final del túnel, no esta ganado, habrá que vivir el 2022.
- ¿Crees que la cultura debería ser considerada de forma importante en la Nueva Constitución?
Mas allá de la constituyente, pensando en el Estado en su relación con la sociedad civil, es pensar a la cultura y el arte no como un organismo sectorial, sino como algo más transversal, la cultura en muchos sentidos es un vehículo eficiente para resolver los dilemas que tenemos como sociedad, a saber el tema de la cohesión social, generar procesos de identidad, sistemas económicos más de barrios, economías más resilientes. Si tengo problemas de delincuencia, la cultura no es una bala de plata, pero es una buena bala para instalar y pensarlo como una de las soluciones, si está bien financionado, construyendo territorio, estructurando otro tipo de sociedad, más tolerante, son espacios democráticos. Nuestro desafío es poner valor y entender la esencia de esto, más que reclamar derechos, hay que hacer cosas concretas.
- ¿Qué lecciones sacas de la pandemia?
Creo que a nivel de gestión, reforzamos qué importante era el tema de ser flexible y la capacidad de adaptación y estar atento a la situación, leyendo la realidad. Eso es un aprendizaje a nivel de gestión, también sin duda cambió el sistema de trabajo. Sumamos todo lo digital, pero creo que nos permitió darnos cuenta de lo importante que es deslocalizar tu acción, generar trabajos colectivos, es una necesidad de mejorar en ese aspecto.