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Cultura

Libros digitales vs. textos de papel: Las ventajas y atributos de cada formato

En Chile, las cifras indican que las publicaciones electrónicas están en pleno crecimiento. Sin embargo, todavía los lectores siguen prefiriendo las obras impresas. Los académicos de la Usach, Gustavo Alcántara y Patricio Moya, conversaron sobre este tema y expusieron las particularidades de ambos estilos de impresión.

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  • Raul Gutiérrez Velásquez

  • Jueves 3 de julio de 2025 - 10:34

¿Usted es un asiduo consumidor o consumidora de libros? Si es así, seguramente ya ha leído, o por lo menos está al tanto, del continuo auge de los libros en formato electrónico, o de los también llamados ebooks y que se pueden leer a través de aparatos como el Kindle, los computadores portátiles y hasta los teléfonos celulares.

De hecho, según cifras de la Cámara Chilena del Libro, en el año 2023 se publicaron 2.493, número que representó el 26,81% de la producción total (consideremos que en 2022, se publicaron 2.304 títulos digitales).

Ese porcentaje da cuenta de que el mercado para los textos electrónicos está en plena abertura. ¿Cuáles son sus ventajas? Para Gustavo Alcántara, académico de la Facultad Tecnológica de la Universidad de Santiago, uno de los principales atributos de los textos electrónicos se da “en las posibilidades que dan los smartphones o tablets para almacenar múltiples documentos en un dispositivo, lo que ahorra en la búsqueda de textos físicos, y además, en que gracias a estos artefactos se puede acceder a los contenidos de manera inmediata. Esto, gracias a la conectividad a internet y plataformas de distribución digital como Kindle, Apple Books o Google Play Books”.

A su vez, el especialista en tecnología sostiene que “la lectura digital se adapta fácilmente a las necesidades individuales de las personas, ya que permite la modificación del tamaño de la fuente, el color de fondo, el contraste o la activación del formato nocturno para reducir la fatiga visual”.

A eso también se suman otras características positivas que están referidas a su durabilidad (por ser archivos de texto), a que se pueden rayar sin posibilidad de daño, son respetuosos con el medioambiente, no se agotan y a la inmediatez para su accesibilidad, entre varias otras más. 

“Desde mi experiencia como usuario habitual de estas tecnologías, destaco la funcionalidad de búsqueda por palabras clave, lo que es muy útil tanto para estudiantes como para investigadores”, señala Alcántara. 

El académico de la Facultad Tecnológica de la Usach también celebra la función que convierte los textos a audios (voz) la cual se encuentra disponible en la mayoría de los lectores digitales (como Kindle o Kobo).

El profesor Alcántara manifiesta que esto “facilita la compresión y ofrece una experiencia distinta de aprendizaje junto con la disminución significativa del cansancio ocular”.

¿Y en términos ecológicos? El especialista explica que “la lectura digital contribuye a reducir el uso de papel y la huella de carbono asociada a la producción, distribución y transporte de los libros impresos. Si bien, la fabricación de dispositivos electrónicos implica un impacto para el medioambiente, su uso prolongado, especialmente en el caso de los eReaders, genera un equilibrio más sostenible”.

EL GUSTO DE LEER EN PAPEL

Las estadísticas de la Cámara Chilena del Libro (de 2023) indican que, durante esa temporada, el número de textos impresos alcanzó a las 6.805 publicaciones, es decir, una cifra altamente superior a la de los títulos disponibles en el formato electrónico.

Esto da cuenta de, pese al incremento que han tenido las publicaciones electrónicas, la mayor parte del pública todavía se decanta por el formato tradicional impreso.

Sobre este aspecto, Patricio Moya, académico del Departamento de Lingüística y Literatura sostiene que, a su juicio “leer en papel no es lo mismo que hacerlo en digital. A pesar de los dispositivos que facilitan la lectura en cualquier lugar y de manera cómoda, las pantallas no replican la experiencia que históricamente hemos asociado con la lectura”, manifiesta.

El profesor va más allá y sostiene que “investigaciones en el área han demostrado que la comprensión al leer un mismo texto en digital es muy similar a la que se tiene leyendo en papel”.

Pero indica que quienes lo hicieron del modo tradicional, “fueron capaces de reconstruir de mejor manera la secuencia y cronología de los eventos narrativos”.

¿Por qué? Moya expresa que “la experiencia de leer en papel implica una retroalimentación táctil y kinestésica. Pasar las páginas, sentir el peso de lo que se ha leído y de lo que nos falta por leer y posicionar una determinada escena ‘al principio’ del texto, permite generar, con mayor facilidad una representación más precisa del libro, al incluir un componente corporal”.

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