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Tras el triunfo de José Antonio Kast en la segunda vuelta presidencial, el oficialismo entrante comienza a perfilar su llegada a La Moneda el próximo 11 de marzo, mientras que los sectores derrotados analizan el rol que asumirán desde la oposición. En ese contexto, la diputada del Frente Amplio, Emilia Schneider, conversó con el programa Línea 1 de Radio Usach y TV Usach, donde reflexionó sobre los desafíos que enfrentará su sector en este nuevo ciclo político.

La parlamentaria sostuvo que la centroizquierda deberá realizar una “autocrítica profunda” respecto de su desempeño en los últimos años, tanto en su rol de gobierno como de oposición, y que ese proceso es clave para entender el resultado electoral que llevó a Kast a la Presidencia. “Tenemos que ser una oposición que aprenda de los errores que se cometieron en las oposiciones anteriores, la oposición al presidente Boric, pero también, en alguna medida, en la oposición al presidente Piñera”, afirmó.

En esa línea, Schneider recalcó que el Frente Amplio no puede asumir una postura obstruccionista frente al nuevo gobierno. “No podemos ser una oposición que niegue la sal y el agua al presidente electo José Antonio Kast. Tenemos que estar disponibles para mejorar la vida de los chilenos y chilenas y para llegar a acuerdos”, señaló, aunque advirtió que aquello no implica desconocer las diferencias de fondo con el proyecto político del mandatario electo.

“La línea roja de nuestro sector tiene que ser clara: no vamos a permitir retrocesos ni en derechos, ni en libertades, ni en garantías democráticas”, subrayó la diputada, enfatizando que uno de los roles centrales de la oposición será construir “contención” frente a eventuales intentos de retroceso impulsados desde el Ejecutivo.

Schneider también cuestionó los anuncios económicos realizados durante la campaña presidencial, en particular el compromiso de recortes presupuestarios sin afectar derechos sociales. “El presidente electo comprometió hacer recortes sin tocar derechos sociales, cuando estamos hablando de 6.000 millones de dólares de recorte del presupuesto nacional. Me parece que va a quedar en evidencia que o es imposible hacerlo sin tocar derechos sociales, o derechamente era una mentira”, sostuvo.

Finalmente, la parlamentaria expresó su preocupación por dos ámbitos que, a su juicio, podrían verse especialmente amenazados durante el próximo gobierno. “Me preocupan, puntualmente, retroceder en derechos sociales universales y, en segundo lugar, que vivamos un retroceso en materia de género y diversidad sexual”, afirmó, agregando que estos derechos “han costado mucho” y suelen ser “los primeros a los que atacan estas oleadas de la ultraderecha”.

“Sería muy complejo, muy doloroso ver que luchas de tantos años sean echadas por la borda por una mayoría de circunstancias”, sentenció.