Actualidad

Cuando el frío del invierno cala hasta los huesos y el suelo helado se convierte en un enemigo silencioso, muchos recurren a un gesto tan simple como efectivo: ponerse calcetines antes de ir a dormir. Una acción aparentemente inofensiva, pero que encierra efectos tanto positivos como negativos para la salud, especialmente en adultos, niñas y niños.

Desde la perspectiva de la Podología Clínica, el cuidado del pie es un componente esencial en la promoción de la salud y la prevención de complicaciones, especialmente durante la temporada invernal. Dormir con calcetines puede parecer una práctica inofensiva y reconfortante frente a las bajas temperaturas, sin embargo, si no se realiza con los cuidados adecuados, puede transformarse en un riesgo para la salud podológica.

Estudios y publicaciones medicas han advertido que un alto porcentaje de personas utiliza durante la noche los mismos calcetines que han llevado durante el día, lo que incrementa el riesgo de infecciones cutáneas, micosis, mal olor e irritaciones. Esta situación es particularmente relevante en personas con piel sensible, trastornos circulatorios o enfermedades crónicas como la diabetes mellitus, donde el cuidado del pie debe ser una prioridad.

Tatiana Soto, directora de la Escuela de Salud y Deporte de AIEP, enfatiza que este tipo de prácticas cotidianas deben abordarse desde una mirada preventiva. “Se puede dormir con los pies abrigados, pero es imprescindible utilizar un par de calcetines limpios y preferentemente de algodón o materiales que favorezcan la transpiración. Este simple cambio puede marcar una diferencia significativa en la prevención de infecciones”, indicó.

En personas con diabetes, este consejo adquiere aún mayor relevancia. La neuropatía diabética y la disminución del flujo sanguíneo pueden reducir la sensibilidad y la capacidad de cicatrización, por lo que cualquier lesión, por mínima que parezca, puede desencadenar complicaciones mayores como úlceras o infecciones graves.

Por ello, es recomendable que estos pacientes examinen sus pies diariamente, eviten calcetines con costuras gruesas o elásticos apretados, y mantengan la piel hidratada y protegida.

Desde la Podología Clínica, se promueve una educación continua sobre el autocuidado del pie, la higiene, y la importancia de adoptar hábitos saludables que contribuyan a un buen descanso y bienestar general. “Dormir bien también significa dormir limpio”, reafirma la docente, haciendo un llamado a la comunidad a revisar sus rutinas de cuidado personal, entendiendo que los pequeños detalles cotidianos también construyen salud.

PLACENTERO

Una investigación de la Facultad de Ecología Humana de la Universidad Nacional de Seúl (Corea del Sur) indagó en los efectos del calentamiento de los pies durante el sueño en la calidad del mismo y cómo este método podría manipular la temperatura corporal para mejorar el descanso.

Para ello, seleccionaron a seis hombres jóvenes para que participaran de forma aleatoria en dos condiciones experimentales: dormir con y sin calcetines. Como recogen en el estudio, “la frecuencia cardíaca y las temperaturas rectal y cutánea se controlaron durante el sueño de 7 horas. El cuestionario sobre la calidad del sueño se obtuvo después de despertarse por la mañana”.

Los resultados, que ya han sido publicados en la revista científica Journal of Physiological Anthropology, fueron claros: dormir con calcetines mejora la calidad del sueño significativamente. Así, la investigación demostró que cuando los participantes durmieron con ellos puestos descansaron hasta 32 minutos más. Además, dormir con calcetines también supuso que se despertaran menos veces durante la noche e incluso que conciliaran el sueño 7 minutos antes.