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La economía será una de las materias protagónicas durante los primeros 90 días del gobierno del presidente electo José Antonio Kast. Rebajas de impuestos a las grandes empresas, la eliminación de las contribuciones a la primera vivienda y la reintegración del sistema tributario figuran entre los ejes centrales de su programa económico, en un escenario donde las proyecciones del Banco Central anticipan un mayor crecimiento para 2026, que en el mejor de los casos podría alcanzar el 3%.

En conversación con el programa Línea 1 de Radio Usach y TV Usach, el economista y académico de la Facultad de Administración y Economía de la Universidad de Santiago de Chile, Gonzalo Martner, analizó el contexto macroeconómico actual y los desafíos que enfrentará la próxima administración.

Según el experto, Chile llega al cambio de mando en una situación considerablemente más favorable que en años anteriores. “El crecimiento del año pasado fue de 2,6% del PIB, con un crecimiento del empleo importante y también de las remuneraciones, y estas cifras son bastante parecidas al cerrar el 2025”, señaló, agregando que se trata de un desempeño “razonable” que ya se extiende por dos años y que tiende a consolidarse.

Martner explicó que este escenario es resultado de un ciclo económico marcado por fuertes vaivenes: desde la recesión provocada por la pandemia, pasando por una “súper expansión” en 2021, una nueva contracción en 2022 y, posteriormente, una fase de recuperación. “Esa recuperación es la que nos tiene con este ritmo ya de 2,5 o 3% de crecimiento y que permite que el próximo gobierno entre en condiciones mucho mejores en términos de crecimiento, producción, empleo e inflación, que está estrictamente bajo control”, afirmó.

Sin embargo, el académico advirtió que el rumbo económico a partir de marzo dependerá de la velocidad y profundidad de las medidas anunciadas por el presidente electo. A su juicio, el paquete propuesto por Kast podría tener efectos contractivos en el corto plazo. “Serían medidas que tenderían más bien a comprimir un poco la economía, porque quieren bajar gastos y bajar impuestos, compensándolo con una reducción del gasto y no con un aumento de impuestos en otros ámbitos”, explicó, sumando a ello las iniciativas de flexibilización laboral contempladas en el programa.

Uno de los puntos más críticos, según Martner, es la propuesta del economista Jorge Quiroz (jefe del equipo económico de Kast) de reducir el gasto público en 6.000 millones de dólares en un plazo de 18 meses. El académico calificó esta iniciativa como “un choque fiscal enorme” y planteó interrogantes sobre su verdadero objetivo. “Corregir ineficiencias o gastos inútiles siempre es positivo, pero en esa magnitud solo tiene sentido con un giro muy fuerte en la política económica”, sostuvo.

En esa línea, Martner apuntó a que el trasfondo de la medida es la rebaja del impuesto a las empresas, particularmente a las de mayor tamaño. “No estamos hablando de bajar el IVA ni de ampliar el impuesto a la renta, sino de reducir el impuesto a las empresas”, dijo, advirtiendo que, si no se contempla un aumento de impuestos a las personas de altos ingresos, la única vía de financiamiento será un ajuste significativo del gasto público.

Para el economista, ese escenario hace inevitable afectar áreas sensibles. “La única manera de bajar esos 6.000 millones de dólares en 18 meses implica reducir alguna parte del gasto social”, afirmó, señalando que en Chile esto se traduce principalmente en pensiones, educación, salud y eventualmente defensa. “Yo creo que no es bueno recargar demasiado el impuesto a las empresas, pero tiene que haber equilibrio fiscal”, concluyó, subrayando los riesgos sociales y económicos de un ajuste de esta magnitud.