El humor femenino de Chile, que sigue siendo minoría en los principales escenarios del país pese a la ascendente y talentosa comunidad de mujeres comediantes, crece avivado por la sororidad y el surgimiento de espacios alternativos abiertos a la diversidad y a rutinas antipatriarcales.
Con Chiqui Aguayo y Pam Pam como únicas propuestas femeninas, la 64ª edición del Festival de Viña del Mar, considerado el “gran tribunal” del humor, ha vuelto a evidenciar la falta de igualdad en las parrillas de los mayores eventos cómicos del país.
“Hay mucho humor femenino, y ojalá hubiese paridad y se pudiese ver en la Quinta Vergara”, reconoció Chiqui (Daniela) Aguayo antes de su actuación en el emblemático escenario de la ciudad costanera, que solo ha acogido al mismo número de hombres y mujeres en dos ocasiones a lo largo de la historia del festival, en 2018 y 2023.
“Quienes están a cargo del festival son hombres. Mientras no estemos en los lugares de donde salen las ideas, es difícil que nazca la necesidad de buscar a mujeres talentosas”, dice a EFE Natalia Valdebenito, recordada por muchos como la primera mujer que logró en 2016 hacer reír al público viñamarino tras doce años de la última presencia femenina en el festival.
Contra la masculinización impulsada por las élites organizativas y al margen de los grandes eventos, se ha ido generando “una instancia muy bonita donde las humoristas están haciendo lazos, creando comunidad y juntándose para hacer ‘shows’”, cuenta a EFE Fernanda Villavicencio, co-creadora de Weona, el primer festival cómico realizado exclusivamente por mujeres en Chile.
“Existe un discurso súper machista con la idea de que cómo sonamos, cómo pensamos y cómo nos expresamos molesta. Todas lo hemos sentido alguna vez”, lamenta Valdebenito, que también denuncia que en la comedia “parece que hay una aceptación mucho más rápida del éxito de los hombres que del de las mujeres”.
Frente al público de Chile, el humor femenino “puede presentar discursos o rutinas que incomoden”, argumenta Villavicencio refiriéndose, por ejemplo, a las críticas que recibió Chiqui Aguayo por decir garabatos durante su primera actuación en Viña, en 2017.
“Todo está visto desde una perspectiva femenina y a veces también feminista”, explica a EFE la comediante Rosario Gómez Pincheira sobre las propuestas de las humoristas, que “se salen un poco del marco” de la tradicional comedia masculina por estar basadas, precisamente, en experiencias vividas por mujeres, lo que eleva su carácter “crítico”, opina.
Según Gómez Pincheira, grandes festivales como el de Viña del Mar, Olmué o Las Condes, todos ellos con parrillas mayoritariamente masculinas, no son espacios donde se puedan “manifestar” libremente sus temáticas ni puntos de vista, menos aún si plantean enfoques antipatriarcales.
“Hay personas que dicen que las mujeres son complicadas y que cuesta que se inscriban a las ofertas, pero es una acusación superficial. No es que las mujeres se hagan de rogar tanto, sino que no quieren que las censuren”, señala.
LUGARES DE ENCUENTRO Y DIVERSIDAD
“Para nosotras es muy importante programar distintas voces y estilos, y demostrar que existe una diversidad de mujeres que pueden hacer reír”, asegura la co-creadora del festival Weona, que ha logrado llenar teatros con espectadores tan variados como los de Santiago, Valparaíso, Chillán y Valdivia, en la capital, la costa, el centro y el sur del país, respectivamente.
Valdebenito coincide con este planteamiento al reivindicar la necesidad, también para eventos como Viña, de mostrar “a diferentes tipos de mujeres y, por lo tanto, a diferentes tipos de humor”, algo a lo que ella contribuyó en 2016, cuando “tenía la conciencia de que había temas que no se habían tocado en ese escenario y que era interesante poner ahí”, pero que considera que no está sucediendo.
“El humor de mamá se ha repetido ya dos años”, recuerda, a la vez que advierte que detrás de estas preferencias está la voluntad de “mostrar un tipo de mujer”.
Gómez Pincheira apunta, además, al “efecto mediático” que pueda generar cada comediante como otro condicionante para su contratación: “más que a su rutina y a su talento, la decisión parece reducirse a si son lo suficientemente populares”.
Pese a las dificultades, y alentadas por el auge de lugares de encuentro y diversidad, las humoristas auguran un futuro prometedor para la profesión, marcado por la convicción, como dice Valdebenito, de que “cada vez nos importan menos los prejuicios y más la voz que cada una construye, mucho más importante que darle el gusto a los demás”.
Leer también

Valentín Trujillo recibe la medalla Orden al Mérito Docente y Cultural Gabriela...
Viernes 28 de febrero de 2025

Edo Caroe triunfa en Viña: Rutina tuvo referencias a Piñera, George Harris, la...
Jueves 27 de febrero de 2025

Mon Laferte estrena exposición con el legado de Violeta Parra
Miércoles 26 de febrero de 2025