Cultura

Un aviso de embarque, pasaportes viejos, cartas y decenas de fotografías forman parte de una exposición inaugurada en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos de Santiago (MMDH), en el 85° aniversario de la llegada del Winnnipeg a Chile con más de 2.000 refugiados españoles.

La muestra 'Geografías nunca antes soñadas', que está disponible hasta enero y se realiza junto a la Embajada de España y la Generalitat de Catalunya, busca plantear preguntas sobre los desplazamientos forzados por guerras y dictaduras y las acciones solidarias que se llevan a cabo en la actualidad ante estas situaciones.

"La memoria democrática nos permite avanzar y reconocernos como pueblo y nos hace también más justos (...) Tanto España como Chile sabemos bien lo que esto significa", dijo durante la inauguración la secretaria de Estado de España para Iberoamérica y el Caribe y el Español en el Mundo, Susana Sumelzo.

El Winnipeg, que zarpó de Francia en agosto de 1939 y desembarcó en el puerto de Valparaíso el 3 de septiembre de ese mismo año, sigue siendo un ejemplo de solidaridad internacional 85 años después.

Arrendado por el nobel Pablo Neruda, nombrado por el presidente chileno Pedro Aguirre de Cerda 'Cónsul Especial para la Inmigración Republicana en Chile', el buque transportó a más de 2.000 republicanos que habían huido de la represión franquista y la Guerra Civil española (1936-1939).

"Mi madre cruzó los Pirineos a pie desde Barcelona embarazada casi de ocho meses. Fue durísimo, pero el Winnipeg nos salvó la vida", recordó a EFE Felipa Morcillo, que tenía cuatro meses cuando llegó a Chile y vivió un segundo exilio en Suecia durante la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990).

Entre los pasajeros también había destacados artistas e intelectuales como los pintores José Balmes y Roser Bru o el historiador Leopoldo Castedo.

"Había sol de primavera ese día de septiembre. En tierra, rostros y manos nos decían su amistad, su bienvenida. Después de mucho tiempo, sabíamos nuevamente el significado de un abrazo", escribió Balmes (1927-2016) al desembarcar en Chile en unos versos expuestos en la exposición.

 La curadora de la exposición, Alba Mielgo, explicó durante la inauguración que la muestra "tiene un diseño delicado y afectivo" y busca "abrir una ventana para la reflexión, la crítica y la memoria sobre las migraciones forzadas".

"Esperamos que esta muestra y las voces que la habitan continúen resonando en los visitantes", agregó.