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A comienzos de diciembre del año 2021 fue promulgada ley de matrimonio igualitario. A casi un año de dicho hito, Fundación Iguales dio a conocer una serie de casos donde han habido problemas en la implementación de la ley, especialmente en la inscripción de hijas e hijos de familias lesbomaternales y homoparentales.

A través de un comunicado, la entidad denunció demora excesiva en la entrega de certificados, errores en el orden de los apellidos, nombres y apellidos mal escritos o eliminados y la negación de los servicios en algunas de las sedes del Registro Civil a lo largo del país.

A modo de ejemplo, la organización informó que el Registro Civil de la comuna de Vitacura inscribió a la pareja compuesta por Antonella Sovino y Monserrat Orellana con los rótulos de "madre y padre" y no de "cónyuges", como lo describe la ley.

También mencionaron lo ocurrido en la Región de Coquimbo, donde Consuelo Peralta y Belén Butrón recibieron el certificado de nacimiento de su hijo Gaspar tres meses después y con el orden de los apellidos invertidos.

Lo mismo le ocurrió a Karin Díaz y Fernanda Landaeta, quienes fueron a inscribir a su hija Isidora apenas entró en vigencia la ley en Las Condes. Aunque presentaron la solicitud para rectificar y han ido varias veces a la sede del Mall Los Domínicos para ello, siguen sin respuesta.

Otro caso fue el o de Montserrat Orellana y Antonella Sovino, quienes se casaron el 21 de abril en Las Condes y siguen sin tener su certificado de matrimonio. También tuvieron inconvenientes para registrar a su hija recién nacida, pues los funcionarios sólo habían sido capacitados para hacer rectificaciones de apellidos y no para inscribir a un bebé.

Finalmente se reveló el caso Vanesa Fuentes y Farah Retamales, cuyo matrimonio en Estación Central fue oficializado con un régimen patrimonial que no existe en la nueva ley. No saben si con este error su unión es válida.

Iguales advirtió que "estas anomalías revelan el desconocimiento de la ley de parte de los funcionarios de la institución y el trato inadecuado hacia las personas de la diversidad sexual y de género, que ha transformado los anhelos y esperanzas de larga data de las familias diversas en una verdadera pesadilla".

Isabel Amor, directora ejecutiva de la fundación, afirmó que "no vamos a parar hasta que se regularice realmente la situación de las familias de la diversidad, no sólo porque es ley, sino por lo que significa la dignidad de los niños, niñas y adolescentes de las familias. Seguiremos hasta las últimas consecuencias”.