Entre el 9 y el 17 de mayo, equipos de las sedes del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) realizaron visitas a 32 residencias del Servicio Mejor Niñez que reciben a niños, niñas y adolescentes en 23 comunas de todo el país.
El informe preliminar elaborado con estos antecedentes expone varias condiciones deficientes en algunos de estos centros, que tienen problemas para mantener su infraestructura y ofrecer alimentos y vestimentas adecuadas.
La directora del INDH, Consuelo Contreras, indicó que “durante las visitas encontramos carencias importantes de espacios interiores y exteriores para niños, niñas y adolescentes. Algunos de los centros presentan deterioro en sus instalaciones, dando cuenta de problemas de mantenimiento y renovación. Eso es motivo de preocupación. Si bien hay sitios que cubren las necesidades de quienes están a su cuidado, en otros el respeto de la dignidad y la salud de las personas ahí alojadas no están completamente asegurados”.
Las visitas de observación fueron hechas por equipos de las sedes regionales del INDH, con el objetivo de efectuar un diagnóstico de la infraestructura y también de la administración de los centros. Así, se recopiló información a la luz de estándares internacionales del cuidado de niños, niñas y adolescentes, las condiciones institucionales y el cuidado efectivo para que los menores de edad ahí alojados realicen un ejercicio efectivo de sus derechos humanos.
Los 32 centros visitaron reciben actualmente a 545 niños, niñas y adolescentes (282 niñas y 263 niñas). Este universo incluye a 92 menores de edad con discapacidad, 56 migrantes, 43 niñas, niños o adolescentes pertenecientes a pueblos originarios, y a 16 personas LGBTIQ+. Hay un mayor número de niños con discapacidad en comparación con las niñas: 67 versus 25. En el resto de las clasificaciones, la distribución por género se presenta equilibrada.
Uno de los elementos que llamó la atención es el sobrecupo. Un aspecto que afecta las condiciones de vida es la cantidad de población y en la muestra se vio un sobrecupo de niños: nueve de las 32 residencias visitadas tienen ese problema. En total, las plazas para niñas suman 275, de las cuales 200 están ocupadas. En el caso de los niños hay de 199 plazas, pero en la observación se registraron 206 personas. Además, el 85% de los funcionarios son mujeres; es decir, existe una feminización del cuidado.
Las situaciones más inquietantes fueron detectadas en la infraestructura de los servicios básicos y los dormitorios. En siete residencias, los baños están en condición sólo regular. En una se vio que incluso un baño para discapacitados está en malas condiciones. En siete, se vio que la luz natural para los servicios higiénicos es regular. En seis, hay sólo condiciones regulares de ventilación y en una son derechamente malas. En un servicio higiénico se estableció que la higiene general es mala.
En cuanto a los dormitorios, siete muestran condiciones regulares en espacios para actividades. En nueve, la luz natural es regular, mientras que ocho tienen condiciones regulares de ventilación y en uno, son malas.
“Diversos centros presentan carencias importantes que refieren a escasez de espacios interiores y exteriores, o bien son muy reducidos para desarrollar las diversas actividades de los hogares. Algunos centros presentan deterioro en instalaciones, lo que da cuenta de problemas en su mantenimiento y renovación, que se expresa en mobiliario deficiente, gastado y en malas condiciones”, dice el informe.
La situación expone indicios más negativos en cuanto a los espacios comunes. En una residencia se encontraron malas condiciones en los pasillos, mismo calificativo para un patio, las enfermerías de tres residencias e incluso el comedor de una (en otras cuatro, el comedor sólo tuvo categoría de regular). En trece lugares sólo se calificó como regular el equipamiento para realizar actividades.
El informe también consigna que, si bien “alimentación y vestuario se encuentran en su mayoría satisfechas en gran parte de las residencias, sin embargo y por lo básico y fundamentales que estos cuidados resultan para el desarrollo de los niños y niñas, preocupa que, aunque en un bajo porcentaje, se reporten casos en que hay dificultades para satisfacerlas”.
En la mayoría de las residencias no hay menú celiaco o para alérgicos a la proteína de la leche. De la ropa, en 21 residencias no se puede acceder a vestimenta con pertinencia cultural y en 22 tampoco hay plan de intervención con pertinencia cultural.
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