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Teniendo como escenario el “Día Mundial sin Autos”, instancia que busca visibilizar los efectos socioambientales negativos que genera el uso irracional del automóvil en nuestras ciudades y promover modos sustentables para movilizarnos, Fundación Conciencia Vial junto a la agrupación Ñuñoando quisieron evidenciar las altas velocidades con las que a diario tenemos que convivir.

Para esto, tomaron como referencia la comuna de Ñuñoa, y mediante un radar láser -del mismo tipo al usado por Carabineros- registraron las velocidades en 4 importantes arterias: Eliecer Parada, Diagonal Oriente, Grecia y Exequiel Fernández, entre las 17:30 y las 19:00 hrs.

“Debemos entender el espacio público como un lugar de encuentro de personas y no únicamente de paso de vehículos. Para una segura convivencia de todos y todas, es importante comprender que las altas velocidades generan un mayor riesgo para quienes se desplazan caminando o en biciceta. Por ello es relevante tomar acciones que tiendan a “calmar” las calles, mediante una mayor fiscalización y con medidas de diseño vial que hagan físicamente imposible el circular a altas velocidades”, señala Karina Muñoz, directora de Fundación Conciencia Vial. 

De acuerdo a la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito, CONASET, el 30% de las personas que fallecen en siniestros de tránsito en Chile se debe a excesos de velocidad. Sólo durante 2020, 439 personas fallecieron a causa de la velocidad imprudente y la pérdida de control del vehículo. 

Así también, un estudio de 2002 del Ministerio de Transporte de Suecia da cuenta de la abismante diferencia en la sobrevivencia de los peatones al ser atropellados a diferentes velocidades. De los peatones embestidos a 70 km/h solo el 5% sobrevive; a 50 km/h este porcetaje asciende a 20%, mientras que a 30 km/h llega a sobrevivir el 90% de los peatones atropellados. 

Considerando esta realidad, es que resultan preocupantes los resultados obtenidos. Se observa que en todos los puntos medidos la velocidad de operacion supera el límite señalado, siendo en promedio 66 km/h. Se registraron además velocidades maximas de 73 km/h en Diagonal Oriente, y 101 km/h en Grecia.

En Exequiel Fernández, parte de las mediciones se realizaron en un punto cercano a un paso peatonal; por un lado, este cruce era nulamente respetado, y las personas que intentaron cruzar tenían que esperar una brecha entre vehíclos para poder hacerlo. Por otro lado, la velocidad de operación fue de 65 km/h.

“Es importante relevar este tema desde y para los barrios, los conductores han naturalizado correr a velocidades altas sin considerar que la vida cotidiana de muchas familias se pone en riesgo por sus conductas. Debemos recuperar las calles como espacio de bienestar y cuidado de la vida”, señala Pablo Arriagada, miembro de Ñuñoando.

Ambas organizaciones continuarán desarrollando estos ejercicios, para seguir evidenciando el problema de las altas velocidades en la comuna y alimentar el trabajo que realizan como parte de la Mesa de Movilidad reciéntemente instaurada por la comuna de Ñuñoa, a fin de lograr que se materialicen acciones concretas de fiscalización e infraestructura que permitan mejorar la convivencia y proteger a los actores más vulnerables que se mueven en la comuna.