Los desafíos abordados en el contexto nacional, frente a la necesidad de repensar los desechos industriales, han impulsado cambios que redefinen nuestro actuar como consumidores, pero por sobre todo, el propio actuar de los productores.
Este es el caso de la Ley Rep o Ley de Responsabilidad Extendida al productor (n°20.920), la cual ha entrado en vigencia hace un par de años y que obliga a los productores, entre otras cosas, a responsabilizarse por los residuos generados dentro de sus procesos productivos.
La Ley Rep tiene como propósito disminuir la generación de residuos fomentando su reutilización, reciclaje y otro tipo de valorización, obligando al productor o al generador de residuos a responsabilizarse por este (Ley 20.920).
En este marco los productos prioritarios a ser reciclados o reutilizados corresponden a: Aceites lubricantes, Aparatos eléctricos y electrónicos, Baterías, Envases y embalajes, Neumáticos, pilas y el recientemente añadido material textil como ropa.
Un punto importante a destacar dentro de este catálogo de objetos industriales es comprender que muchos de estos se componen de más de un material. Tal es el caso, por ejemplo, de las pilas alcalinas, la cuales están compuestas a grandes rasgos por una carcasa de acero y un interior de zinc, dióxido de manganeso y carbono, configurando un complejo dispositivo, donde cada uno de sus elementos tributa a un proceso de reciclaje distinto.
En el caso de los residuos plásticos, en el último periodo han surgido una serie de emprendimientos y Pymes industriales que abordan el reciclaje, impulsando el desarrollo de un nuevo entorno productivo.
Tal es el caso de empresas como Cactus, Lup, Peyuchile, Upcyncling.chile , Promedio verde, Reaccionar, Maroteresponsable, reshape, entre otras.
Todas ellas, en general, plantean la fabricación de objetos domésticos a baja escala a partir de procesos de inyección, extrusión o impresión 3D, utilizando el residuo plástico como materia prima.
Es dentro de este ámbito en el cual el diseño, desde una mirada amplia e interdisciplinaria, se hace imperativo. El diseño como acción capaz de vincular y articular capacidades dentro de este entorno productivo, dándole una cabida real al rol que los objetos industriales, materializados dentro de estos procesos, y que aporten dentro de la sociedad, respondiendo tanto a “posibles mercados”, como a los nuevos énfasis de circularidad económica.