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Por muchos años, los chilenos hemos escuchado que nuestro país, especialmente en el norte,  tiene los cielos más claros del mundo. Se trata de una creencia popular fuertemente arraigada y que es fundamentada por Constanza Yovaniniz, astrónoma del Planetario Usach. 

“Chile tiene unos cielos privilegiados para los estudios astronómicos. Eso es 100% verdad y por eso se están construyendo grandes observatorios en el norte. Ahí los tenemos cielos despejados casi todo año lo que permite menos distorsiones en las imágenes durante las noches. Lo que interrumpe eso es la contaminación lumínica y esa es una de las razones del por qué se norma”, sostiene.

Ahora, hay que especificar que la iniciativa busca combatir el exceso lumínico que se produce en las noches en esos sitios  vinculados al estudio del espacio (por ejemplo, en la Región de Coquimbo, donde están Cerro Tololo, La Silla y La Cruz entre varios más o en la Región de Atacama, en donde se emplaza el European Southem Oservatory (ESO)) y también en el resto del territorio nacional, por ejemplo, en cualquier ciudad chilena en donde usted esté leyendo este artículo.

¿QUÉ ES LA CONTAMINACIÓN LUMINICA?

El crecimiento de las zonas urbanas ha provocado el incremento de la llamada contaminación lumínica por las noches. Pero ¿Cómo se define técnicamente el concepto?

Según el Ministerio de Medio Ambiente, dicha situación corresponde a la alteración de la oscuridad natural de la noche, provocada por la luz desaprovechada, innecesaria o inadecuada, generada por el alumbrado de exteriores, la cual genera impactos en la salud y en la vida de los seres vivos. Y ojo, se trata de un problema global, que afecta principalmente a las ciudades, pero no de manera exclusiva.

Para mitigar su impacto, desde esta semana comenzó a regir  en el país la nueva norma lumínica, iniciativa legal que según explicó la Ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas, “no se trata de iluminarnos menos, sino que de iluminarnos mejor”. La autoridad resaltó que la ley seguirá permitiendo la existencia de “un alumbrado público que entregue seguridad a nuestras ciudades pero de una manera más sustentable de lo que tenemos ahora”. Además, la secretaria de Estado señaló que la medida busca disminuir el impacto en la astronomía, en la salud humana y en la biodiversidad.

¡Hoy entra en vigencia la nueva norma lumínica para todo Chile!

Un avance hacia una iluminación más sostenible, reduciendo el impacto en la astronomía, en la biodiversidad y en la salud de las personas. pic.twitter.com/JUKGQIqtpI

— Maisa (@Maisa_Rojas) October 19, 2024

Además, cuando se habla de contaminación lumínica siempre hay que considerar desperdicios de luz, ya sea porque no se ilumina solo un objeto (suelos, construcciones, etc.) lo que hace que la luminiscencia se termine escapando o disipando al horizonte o de manera directa al cielo, debido a se ocupa de manera innecesaria o porque afecta a la mencionada observación astronómica y finalmente, por las molestias que genera en otros seres vivos y en la biodiversidad. 

LETREROS DE NEÓN ¿UN PROBLEMA O UN SÍMBOLO DE IDENTIDAD?

Al momento de hablar de los efectos negativos de la contaminación lumínica hay que subrayar que los problemas no solo se traducen en las dificultades para hacer estudios en el espacio, sino que también se expresan en actividades de rutina diaria para los seres humanos, como lo es el dormir.

Foto: Consejo de Monumentos Nacionales.

El neurólogo, y académico de la Facultad de Ciencias Médicas de la Usach, Pedro Chaná, explica: “nosotros tenemos reguladores que son señales que permiten regular el ciclo circadiano (los cambios físicos, mentales y de comportamiento que experimenta el cuerpo humano durante 24 horas y que pueden verse afectados por la claridad y la oscuridad). Y la luz es un factor que puede afectar este proceso provocando alteraciones en la calidad del sueño. A la vez, esto termina incidiendo en un montón de cosas como cuadros ansiosos y otros problemas de salud mental”.

Eso sí, Chana es enfático para decir que esta norma es buena pero que aborda a solo un aspecto de un problema mayor: “es obvio que este tipo de medidas está orientada a mejorar la calidad de vida de las personas, pero no tienen mucha utilidad si es que no se mira una cosa más global. No se trata solo de la luz sino también del ruido, por ejemplo”.

Ahora, para no todos los chilenos la luz de los neones es un problema. Manuel Ugalde, residente del edificio de calle General Bustamante de Providencia y que es famoso por ser el soporte del letrero de los espumantes Valdivieso (y que es monumento nacional desde 2010), sostiene que este tipo de soportes lumínicos son un aporte para la ciudad de Santiago. 

En conversación con Diario Usach, Ugalde sostiene: “a mí me gusta harto. Cuando estoy con amigos en la terraza de mi departamento, la iluminación le da un ambiente ‘bacán’ al espacio, nocturno, como de ‘carrete’ con estética urbana. Además, la luz del neón se apaga cerca de las doce de la noche”, indica.

Foto: Bitácora de mi Chile. 

Por otro lado, indica que la clásica estructura es un atractivo para mucha gente que transita por el lugar: “hay gente que viene y graba videos. A mí me parece que el letrero es parte de cierta construcción de identidad de ciudad y nacional. Además, y creo que lo mismo pasa con el aviso de calcetines Monarch, que está a pocas cuadras, el nivel de iluminación no es potente, digamos. Nunca he escuchado quejas de algún vecino”, asevera. 

¿CÓMO FUNCIONA LA NORMA?

La ley, que ya rige a nivel nacional, exige que entre las 00:00 y las 07:00 horas se apaguen las pantallas publicitarias de la vía pública. Además, implica un mejoramiento del alumbrado existente en calles, plazas, industrias y canchas de barrio.

Además, se impulsa el uso de la luz cálida y limita la emisión de la luz azul de un 15% a un 7% (en las zonas especiales, como las áreas astronómicas o de protección de la fauna, ese tipo de contaminación se reducirá al 1%). 

Quienes se sientan perjudicados por infractores a la ley, pueden hacer sus denuncias en el sitio web de la Superintendencia del Medio Ambiente.