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Tres detenidos dejaron los nuevos desórdenes registrados este jueves en las inmediaciones del Instituto Nacional (IN), en la Alameda.

Encapuchados y vestidos con overoles blancos, los manifestantes instalaron barricadas y lanzaron bombas molotov a la altura de la calle Arturo Prat, atacando un bus del transporte público.

Tras esto, el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, se refirió a la participación de estudiantes en los desórdenes. "Lo que sí tenemos claro, es que son estudiantes del propio establecimiento. No son, como en algún minuto se pensó, que venían de afuera", advirtió en 24 Horas.

Aseveró que "hay un grupo de estudiantes que no valida la violencia y que muchas veces se sienten amenazados incluso dentro del propio establecimiento, por este grupo muy pequeño derechamente de violentistas, de estudiantes que sin ningún trasfondo político, acceden -supuestamente- a cambios a través de la situación de la violencia".

"Esto tiene una complejidad bastante grande, porque estos estudiantes -que son realmente violentos- pueden atentar contra la vida de sus propios compañeros y quizá también contra la de sus profesores y profesoras", agregó.

Ávila explicó que se está avanzando en "temas de seguridad, que nos permitan aislar a estos estudiantes, identificarlos y poder hacer probablemente los procesos de expulsión. Derechamente, estos son estudiantes que no pueden estar en este espacio escolar".

El secretario de Estado advirtió que los involucrados "pueden ser probablemente expulsados" cuando son identificados. En esa línea, hizo un llamado: "Esas familias podrán llegar al Ministerio de Educación y pedirme a mí un espacio para poder continuar el proceso educativo, y yo garantizaré la reubicación de esos estudiantes porque el derecho a la educación no puede ser conculcado".

Sin embargo, recalcó que es "distinto" cuando el alumno "se encuentra encapuchado", ya que "ha sido más complejo de lo que uno cree el poder tener claro quiénes son. No necesariamente con todos".

Además, el titular del Mineduc apuntó a las conversaciones para avanzar en la jornada escolar completa en el IN. "Muchos establecimientos emblemáticos nunca adscribieron a la jornada escolar completa, y esto hace que sean centros educativos con mucha población, lo que hace más difícil el control de la convivencia", consignó.

También insistió en apuntar a las administraciones anteriores de la Municipalidad de Santiago. "Esto es una problemática instalada en el Instituto hace 15 años. Aquí hay promesas incumplidas", señaló.