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¿Por qué tenemos pesadillas y qué tan cierto es que existen alimentos que podrían provocarlas?

Pedro Chaná, médico cirujano especialista en neurología y académico de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago, explicó por qué se generar estos fenómenos tan perturbadores y qué se puede hacer para prevenirlos.

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  • Belén Muñoz B.

  • Jueves 6 de noviembre de 2025 - 15:49

  • Shutterstock

Despertar en el medio de la noche, con un intenso terror, sudoración o hasta escalofríos, son algunas de las sensaciones que puede tener una persona al sufrir una pesadilla. Experimentar algo así puede ser muy perturbador, tanto que a muchos les cuesta volver a conciliar el sueño.

Este tipo de sueños, que suelen ser tan vívidos que uno piensa que es real, son más comunes de lo que uno piensa. Según a la información compartida por la American Academy of Sleep Medicine, entre el 50% y el 85% experimentó alguna vez este particular fenómeno.

Estas terribles situaciones pueden afectar a cualquier ser humano, y en muchos casos, las razones de por qué ocurren no son claras. El estrés, cansancio y la ansiedad podría aumentar el riesgo a sufrirlas.

Para entender por qué se producen, conversamos con Pedro Chaná, médico cirujano especialista en neurología y académico de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago. De entrada, señaló a Diario Usach que “para interpretar las pesadillas, tenemos que entender que son partes del proceso fisiológico de dormir, normalmente durante la etapa conocida como de sueño, R.E.M. en que hay mayor actividad del cerebro y hay movimientos oculares”.

El profesional profundizó sobre el tema y aclaró que “se asocia a la presentación de sueños vividos y pesadillas, estos fenómenos se explican desde el punto de vista fisiológico, pero también tienen una representación psicológica para estar relacionados con mecanismo de adaptación emocional. La pesadilla consiste en un sueño con contenido emocional, negativo que acelera nuestra respuesta fisiológica, produciéndonos, sudoración y taquicardia, y en algunos casos, despertándonos. No siempre las recordamos, esto va a estar relacionado en qué momento despertemos”.

¿AFECTA LA COMIDA ANTES DE DORMIR?

Se plantea que siempre es mejor comer más liviano en la noche ayuda a dormir mejor. Incluso hay algunos que postulan que algunos alimentos podrían potenciar que una persona sufra de pesadillas nocturnas.

Un estudio publicado en Frontiers in Psychology, y realizado por investigadores en psicología canadienses, quiso resolver esta incertidumbre. Durante cuatro meses, los científicos interrogaron a 1.082 estudiantes de la universidad MacEwan (Canadá) sobre sus hábitos alimentarios, su sueño y más específicamente sus pesadillas, y la relación que establecían entre ambos.

Aproximadamente el 40 % de los participantes estimaron que su alimentación influía en la calidad de su sueño, de los cuales el 24,7 % consideraba que la empeoraba. Y el 5,5 % pensaba que había influenciado sus sueños.

Los postres/dulces y los productos lácteos fueron citados por los encuestados como los alimentos que más afectan la calidad de su sueño (22,7 % y 15,7 % respectivamente) y sus sueños (29,8 % y 20,6 %) haciéndolos "extraños" o "perturbadores".

Por el contrario, las frutas (17,6 %), las verduras (11,8 %) y las infusiones (13,4 %) fueron identificadas más frecuentemente como contribuyentes a una buena noche.

Tore Nielsen, especialista en neurofisiología y neurocognición de sueños y pesadillas en la Universidad de Montreal y autor principal del estudio, señaló a AFP que "sabemos que las emociones negativas experimentadas en estado de vigilia pueden prolongarse en los sueños. Probablemente ocurre lo mismo con aquellas que emergen a causa de trastornos digestivos ocurridos durante el sueño".

A la hora de hablar de si los alimentos pueden generar o no pesadillas, Chaná comentó que “aunque no hay mucha evidencia científica, la cultura popular plantea la posibilidad de que algunos alimentos induzcan pesadillas, especialmente aquellos que contienen más contenidos grasos y retardan el vaciamiento gástrico o también el comer en forma excesiva”.

El profesional agregó que “todo esto podría aumentar las pesadillas, también se debe evitar los fármacos, estimulante o alimentos estimulantes que pueden también exacerbar la presentación de pesadilla, sobre todo en contextos emocionales, alterados, como ven, es un tema complejo que no se explica desde una sola arista”.

BUENA HIGIENE DE SUEÑO

El académico de la Usach también es categórico en señalar que “no podemos definir que sea bueno o malo tener pesadillas, es parte de nuestros procesos adaptativos, lo que puede definirse como un proceso negativo es que esta sea muy recurrente o interfieran con nuestro sueño, es decir que en algún momento no queramos dormir, porque vamos a tener pesadillas, o que sean tan recurrentes que nos despierten mucho en la noche. En general, esto estaría representando fenómenos psicológicos o emocionales que están activando estos procesos o pesadillas”.

Por último, detalló que “si bien, no es posible evitar tener pesadillas, hay condiciones que ayudan a disminuir las pesadillas, una buena higiene del sueño, un proceso de hacerse cargo de las problemáticas emocionales que se tienen, puede ayudar a disminuir las pesadillas”.

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