Este viernes a las 13 horas concluye el periodo de postulaciones a las universidades, etapa que ha dejado testimonios emocionantes colmados de deseos de superación y esfuerzo en los pasillos en las ferias de postulantes a la educación superior.
Una de ellas es la de la Universidad de Santiago de Chile hasta donde llegó Álvaro González (35) acompañado de su esposa y su pequeña hija de cinco años con ansias de ingresar a este plantel y en especial a Ingeniería de Ejecución en Mecánica.
Nos cuenta que es músico de jazz y esta afición lo llevó a viajar a los Estados Unidos, pero su niñez fue dura: abandonó su hogar porque sus papás consumían drogas, vivió en la calle y no estuvo ajeno a caer en excesos. Sin embargo, Álvaro dejó todo eso atrás, terminó su enseñanza media con promedio 6,7 y obtuvo sobre los 700 puntos en la PAES lo que espera sea la puerta de entrada a la educación superior.
Tiene un emprendimiento de venta de juguetes, pero aquello ni las clases de guitarra que ofrece, le permiten llegar con tranquilidad a fin de mes. “Me encantan las matemáticas. La Usach es mi primera prioridad. Vine un par de veces y soñaba con estudiar aquí. Esta es mi meta a cumplir”, relata.
Su rostro se ilumina al escuchar que su puntaje le permite ingresar a Ingeniería de Ejecución en Mecánica y también podría aspirar a la civil. “Voy a optar a todos los beneficios a los que pueda acceder”, nos dice abrazando a su esposa y a su hija, feliz por la noticia. En las próximas semanas podrá matricularse y uno de sus deseos para 2024 se hará realidad.
Enfermería y una promesa
Metros más allá dos ciudadanas haitianas ingresan tímidamente al módulo de la Facultad de Ciencias Médicas. Una de ellas quiere estudiar Enfermería. Se llama Griseley. Llegó en diciembre del 2014 a Chile proveniente de Puerto Príncipe.
Griseley es técnico en enfermería y esta semana comenzó su práctica profesional, pero aspira a subir otro escalón. “Aunque saqué buen puntaje (720 puntos) no fue lo que yo esperaba”. Pese a todo no esconde sus deseos de ingresar a la educación superior y a esta carrera. “Aunque deba dar nuevamente la Prueba de Acceso a la Educación Superior lo voy a hacer. No me rindo”, remarca con energía.
Es que recientemente hizo una promesa. “Mi abuela falleció hace poco y le aseguré que seré enfermera. Por eso estoy aquí, en la Usach, y me la jugaré por este sueño”, dice.
Un padre y su hijo nos llaman la atención. El joven es atendido en el módulo de la carrera de Licenciatura en Lingüística Aplicada a la Traducción.
Pedro Martínez, es un hombre de esfuerzo; tiene un pequeño taller mecánico y nos cuenta que acompaña a su hijo siempre en las grandes decisiones. Javier nació con una parálisis del lado izquierdo e hidrocefalia (una acumulación de una cantidad excesiva de líquido cefalorraquídeo en el cerebro), ante lo cual los médicos decidieron operarlo de inmediato.
Terminó su enseñanza media en la Escuela Nacional de Artes Gráficas, aunque le costaba estudiar un poco más que a sus compañeros. “Soy un padre orgulloso”, relata. Se acerca Javier y agrega que la carrera es muy interesante por el hecho de tener inglés y japonés. “La Usach es la única. Lo quise tomar como primera opción. Aunque me faltaron apenas 5 puntos en el corte, la opción es ingresar a Bachillerato y desde allí dar el siguiente paso”, reflexiona optimista.
Historias que resuenan en nuestros oídos y sueños que esperamos se cumplan, a la espera del 16 de enero cuando se conocerán los resultados de las postulaciones y al día siguiente la ansiada etapa de matrículas.
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