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Cultura

Fiesta y lectura: La clave de librería “La Inquieta” para resguardar los libros en Santiago sin dejar de moverse

El espacio cumplió una año este fin de semana y está dirigido por Gerardo Jara, quien en este tiempo ha puesto en marcha el espacio cultural que soñó. "Con mucha humildad y orgullo, yo creo que ya está", dice.  

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  • Josefa Garrido

  • Martes 3 de septiembre de 2024 - 10:23

Su dueño de define como ansioso y eso lo llevó a nombrar a su librería como “La Inquieta”. Estaba un día conversando con una de su exsocias cuando se dio cuenta que no dejaba de mover la pierna y se le ocurrió que podría ser un buen nombre. El librero Gerardo Jara visualizó así un espacio que no dejaría nunca de moverse.

El recinto cultural cumplió el pasado fin de semana un año de vida en el que ha albergado lanzamiento, talleres y fiestas, todo alrededor del libro.

Ubicada en Ramón Carnicer 65, el lugar se ha posicionado en Santiago, cobijando entre sus paredes a un público que va en busca de su catálogo especializado con una oferta que viene de España y Argentina. También están las personas que llegan ahí porque son del barrio y se han dedicado a cultivar una relación con ellos. No faltan tampoco los que se encuentran de sorpresa con una pequeña sala llena de libros y quieren un respiro del ritmo capitalino.

El gestor cultural relata a Diario Usach que en este tiempo al mando de “La Inquieta”, las personas han preguntado por el “El Buzón de las Impuras” de Francisca Solar García y “El verdor terrible” escrito por Benjamín Labatut.  Por otro lado, sobre el futuro, Gerardo cuenta que vive el día a día y que proyecta el negocio cada dos o tres meses. 

- Un espacio así ¿Lo tenías visualizado?

Nunca imaginé que podría tener una librería. Mis papás no son cuicos. No cacho muy bien de fondos y todo eso. Entonces, nunca pensé en tener una librería, pero sí tenía muchas opiniones en que cómo llevar una, cómo debería ser el catalogo o la gestión cultural. Y también reflexionaba sobre qué puede aportar una librería más allá de ser una especia de vitrina y bodega para libros.

- ¿Es esta la librería que soñaste o faltan cosas por concretar?

Con mucha humildad y orgullo, yo creo que ya está. Es chiquitita, pero tampoco pensé en tener algo grande, tiene terraza para hacer actividades, lo que me parece bacán. Tenemos una sala que cumple con el tamaño de la librería y unas salas de trabajo donde podemos realizar talleres. Entonces, ya está.

- Durante este año ¿Cómo ha sido subsistir financieramente?

Siendo muy sincero, no ha sido fácil. Yo diría que ha sido muy muy difícil porque el libro no está siendo una necesidad para satisfacer, tanto intelectual o en gustos. Y también no tiene una visualización tan grande a nivel masivo en el país. Por ejemplo, en las series, en la música, ya no se ve a gente leyendo o personajes usando libros, entonces, ya es como un objeto raro.  Esto lo digo sin ninguna lectura moral. No es tanto las otras formas de entretención, sino que el trabajo que se hace con el mismo libro. Hay que estar siempre salvando al libro o a las librerías.

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