Hace un tiempo atrás, Reino Unido vivió la huelga general más grande en una década cuando cientos de trabajadores y trabajadoras salieron a las calles de todo el país para pedir mejoras salariales.
Una tendencia que se repitió en Francia, donde cerca de dos millones de manifestantes salieron a la calle para pedir un reajuste salarial. La inflación, la guerra en Ucrania, fueron las principales razones.
Y este viernes, las huelgas ocurrieron en otro país europeo. Esta vez la huelga de trabajadores/as alemanes llevó a la paralización de siete de los principales aeropuertos de Alemania, entre ellos el de Frankfurt, el de mayor tráfico aéreo de la UE, en una protesta que según la patronal aeroportuaria ha afectado a 300.000 viajeros en todo el país.
El tráfico de pasajeros fue suspendido casi por completo en los aeropuertos de Frankfurt, Múnich, Stuttgart (en el sur de Alemania), Dortmund (oeste), Hannover, Bremen y Hamburgo (norte), mientras que en otros aeropuertos, como el de Berlín, se produjeron paros de advertencia que ocasionaron restricciones menores.
El sindicato Ver.di convocó a la huelga a parte del personal de tierra -los empleados del transporte y de la seguridad y los que pertenecen a servicios municipales y regionales, como los bomberos- en los aeropuertos mencionados para exigir mejoras salariales y de las condiciones de trabajo.
"Si ahora no pasa nada con la remuneración, entonces nos espera a todos otra vez un verano caótico y eso debemos evitarlo a toda costa", dijo la vicepresidenta de Ver.di, Christine Behle, en declaraciones a la emisora "RBB".
La protesta se produce en un momento en el que Ver.di reclama subidas salariales del 10,5 % para los 2,5 millones de empleados de la administración central y de los municipios alemanes, y mientras se renegocian los convenios regionales y federales para los sectores del transporte y la seguridad en los aeropuertos.
Por su parte, la patronal aeroportuaria ADV calificó la huelga, que fue convocada este mismo miércoles, de "escalada sin precedentes" y afirmó que según sus estimaciones ha obligado a cancelar 2.340 vuelos, dejando en tierra a 300.000 pasajeros.
Sin embargo, no se verán afectados por la protesta los vuelos que transportan ayuda humanitaria para los damnificados del terremoto en Turquía.
Además, a pesar de que el aeropuerto de Múnich suspendió el tráfico regular de pasajeros, sí que aterrizarán los aviones de los representantes oficiales que acuden a la Conferencia de Seguridad que arranca este viernes en esa ciudad y en la que participarán, entre otros mandatarios, la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris.
La cancelación de los vuelos comerciales afecta a muchos otros conferenciantes internacionales que no son integrantes de gobiernos y que en el último momento han debido alterar sus planes de viaje.
A ellos, los organizadores de la conferencia les han recomendado desplazarse en tren o desde el aeropuerto de Núrenberg (sur), que no está afectado por la huelga.
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