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¿Cómo el sesgo de género lleva a un infradiagnóstico de TDAH en mujeres?

La académica de la escuela de Psicología de la Usach, María Paz Gómez, afirmó que "resulta importante en este sentido reconocer las diferencias de género en las primeras observaciones que se realizan de TDAH".

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  • Belén Muñoz

  • Viernes 12 de julio de 2024 - 14:29

Francisca Aravena supo que tenía Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) a los 37 años. Su hermano mellizo, Gabriel, fue diagnosticado a los 11 años. Este infradiagnóstico en mujeres, que puede llevar a saber su condición en la etapa adulta, es algo muy común. 

"En el colegio me iba muy bien, cuando era más grande me di cuenta que me costaba mucho concentrarme y muchas veces me tenían que repetir las cosas porque era como que me contaran todo por primera vez", relató Francisca.

María Paz Gómez, subdirectora de Vinculación con el Medio y académica de la escuela de Psicología de la Usach, explicó las razones que explican esta diferencia a la hora del diagnóstico. "Al igual que otras neurodivergencias, existen diferencias de género en lo que refiere tanto a la identificación como a la presentación de rasgos y características asociados al TDAH", planteó.

Agregó que "si bien se observa una mayor brecha de diagnóstico entre niños y niñas en la infancia, esta se tiende a acortar en la adultez, que es donde más mujeres reciben tardíamente la identificación de esta condición", planteó.

Roma Montoya, de 38 años, también supo que tenía TDAH en la adultez. "Cuando era chica jamás me diagnosticaron. Mi rendimiento académico era muy bueno, pero era hiperactiva. Ir a clases era dificil. Solo cuando me cambién de trabajo y fui al neurólogo supe que tenía déficit atencional", confesó.

Enmascaramiento

La académica de la escuela de Psicología de la Usach afirmó que "resulta importante en este sentido reconocer las diferencias de género en las primeras observaciones que se realizan de TDAH (ej. aula escolar), ya que si bien las niñas pueden tener mayor prevalencia del tipo inatento, esto no significa que también puedan presentar hiperactividad o una presentación combinada de esta condición".

Agregó que "sin embargo, debido a roles/normas sociales que emergen desde los estereotipos de género, las niñas y mujeres tienden a enmascarar o esconder dichas manifestaciones para cumplir con la expectativa del estereotipo. El enmascaramiento es un comportamiento aprendido -muchas veces realizado de manera inconsciente- que se origina para lidiar con las manifestaciones, en este caso, del TDAH. Por ejemplo, se espera que, como alumnas, las niñas sean “bien portadas y tranquilas”, razón por la cual las niñas no se atrevan y eviten moverse, lo cual no significa que no necesiten hacerlo".

María Paz Gómez, subdirectora de Vinculación con el Medio de la Usach, afirmó que "el problema más serio con el enmascaramiento es que requiere de un gran esfuerzo cognitivo y un grado de concentración que incluso podría empeorar lo vinculado a la inatención. Además, puede ser agotador para la persona que lo experimenta y exacerbar sentimientos de sentirse “rara” o inadecuada e incluso disminuir su autoestima y en casos más extremos, llevar a la ansiedad y depresión".

Agregó que "es importante considerar que el TDAH en niñas y mujeres es un campo que recién se está abriendo y profundizando más, para llegar a entender cómo impacta a este grupo. Resulta crítico ser capaces de reconocer el enmascaramiento, ya que opera como respuesta a mandatos y expectativas socioculturales, pero no permite ver con claridad la prevalencia del TDAH en mujeres y llevar a su invisibilización".

Medicación

Según un estudio de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), entre 2003 y 2015, el porcentaje de mujeres estadounidenses de entre 15 y 44 años que obtuvieron una medicamento recetado para un medicamento para el TDAH aumentó casi un 350 %.

Uno de los principales problemas con el infradiagnóstico en mujeres con TDAH es que al no recibir tratamiento temprano pierden la oportunidad de aprender estrategias útiles para abordar su condición en los años por venir.

Roma Montoya reveló que "desde que empecé la medicación mi nivel de producción aumentó muchísimo, porque mi capacidad de organizarse mejoró. Sigo superactiva, hiperfoco y esa rapidez mental, pero ahora puedo organizarme".

Para la periodista "tener un diagnóstico fue un alivio a largo plazo, porque uno empieza a investigar más, y te das cuenta que muchas características que creías que eran de tu personalidad, como llegar tarde, te das cuenta que no lo son, sino que son de tu trastorno y uno se castiga menos. Uno acepta su condición desde el cariño. les advierto que tengo esta condición y les pido comprensión". 

En el caso de Francisca, saber que tenía TDAH le permitió organizar mejor su vida y entender ciertas situaciones de su vida, ya que olvidaba fechas, conversaciones y le costaba mucho concentrarse. "Cuando el neurólogo me dijo que tenía déficit atencional entendí muchas cosas de mi vida y aprendí a planificarme. Con la medicación logro tener un foco. Si hubiera sabido mi diagnóstico cuando era chica quizás se me habría hecho más simple el colegio o la universidad. Ahora que sé, me es más fácil organizar mi vida y explicarle al resto que a veces me van a tener que decir las cosas más de una vez, es un alivio", concluyó.



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