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El deseo no envejece: ¿Cómo se vive la sexualidad y placer después de los 60 años?

La vida sexual activa y protegida mejora la salud física y emocional de las personas mayores. Psicólogas y matronas llaman a derribar los estigmas que aún pesan sobre el deseo en la tercera edad.

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  • Fabián Escobar

  • Jueves 30 de octubre de 2025 - 10:54

Aunque la esperanza de vida ha aumentado y la salud sexual es hoy un tema de conversación pública, la sexualidad en la tercera edad continúa siendo una de las temáticas menos abordadas. Sin embargo, cada vez más estudios y especialistas destacan su impacto positivo en el bienestar físico, emocional y social de las personas mayores.

“Hay mucho edadismo y, a su vez, edadismo sexual. Esta idea de que el deseo se apaga o que la sensualidad en la vejez es inadecuada es un prejuicio social. Desde ese lugar, es importante cuestionarlo, porque sin duda la vida sexual y social de las personas mayores es fundamental para su bienestar”, explica Dominique Karahanian, psicóloga y académica de la Escuela de Psicología de la Universidad Mayor.

En una sociedad donde el rendimiento y la juventud han sido históricamente asociados al erotismo, la vejez aparece como un espacio marginado de las conversaciones sobre placer. Pero eso está cambiando. De acuerdo con la experta, hoy se observan experiencias más diversas y abiertas, donde el placer deja de medirse por la frecuencia o el desempeño físico y pasa a centrarse en la conexión, la intimidad y la comunicación.

“Yo sí veo deseo y actividad sexual que puede sostenerse cuando hay salud razonable, espacios de intimidad y conversaciones profundas. Se amplía también la definición de lo sexual, más allá de lo genital o del coito. En muchos casos hay un mayor destape: saber qué me gusta, qué no, y cuándo quiero”, agrega la psicóloga.

MÁS ALLÁ DEL RENDIMIENTO

Para muchas personas mayores, el encuentro sexual deja de ser una cuestión de rendimiento y pasa a ser un espacio de encuentro emocional. “El placer va cambiando, es más lento, más íntimo, con humor, erotismo compartido. Vamos generando mapas de placer menos coitocéntricos, más vinculados con los ritmos y los cuidados actuales”, comenta Karahanian.

Esos cambios también se cruzan con las transformaciones del cuerpo por el paso de los años. La menopausia, la disfunción eréctil o el uso de medicamentos pueden influir en la frecuencia o la forma de vivir la sexualidad, pero no la anulan. “Lo importante es conversar, ajustar expectativas y ampliar las prácticas. Cuando eso ocurre, las diferencias en satisfacción se reducen mucho”, señala la especialista.

CUIDAR EL PLACER TAMBIÉN ES SALUD

Desde el ámbito de la salud sexual, el mensaje es claro: el placer y el autocuidado no tienen edad. En el marco del mes de la tercera edad, DKT Chile y la marca de preservativos Prudence recordaron que el uso del condón sigue siendo fundamental para prevenir infecciones de transmisión sexual (ITS), incluso después de la jubilación.

“Ser sexualmente activo a los 60, 70 u 80 años no solo es natural, sino también saludable. Lo importante es hacerlo de manera informada y protegida. Muchas personas creen que no necesitan condón porque ya no hay riesgo de embarazo, pero las ITS no distinguen edad”, advierte Victoria Cáncino, matrona de DKT Chile.

Según la especialista, en los últimos años ha aumentado el número de casos de ITS en personas mayores, especialmente en entornos comunitarios. “A veces piensan que están fuera de riesgo, cuando en realidad es todo lo contrario: las defensas bajan y el cuerpo se vuelve más vulnerable”, agrega.

Por eso, el llamado es a mantener los controles médicos, la comunicación con la pareja y el uso de protección. “El condón no se jubila”, enfatizan desde Prudence, que además promueve productos diseñados para mejorar la comodidad y la experiencia sexual en esta etapa, como preservativos más delgados o lubricantes íntimos.

 

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