Según datos del Observatorio Global del Cáncer (Globocan), en Chile cada año se diagnostican 4.300 nuevos casos de cáncer de pulmón, una enfermedad que se origina debido al crecimiento descontrolado de células pulmonares y provoca la formación de tumores. En los últimos cinco años (2020–2024), cerca de 18 mil personas han fallecido a causa de esta enfermedad, lo que equivale a 3.600 muertes anuales o 10 fallecimientos diarios.
Uno de los principales factores de riesgo de este tipo de cáncer es el tabaquismo. Y es que el humo del tabaco contiene más de 7.000 sustancias químicas, de las cuales 250 son tóxicas y más de 70 son cancerígenas. De hecho, en nuestro país 9 de cada 10 personas diagnosticadas con cáncer de pulmón fuman o han fumado.
Al igual que la mayoría de los cánceres, la detección temprana puede marcar la diferencia entre un buen o mal pronóstico. Las cifras revelan que 9 de cada 10 personas con cáncer de pulmón podrían sobrevivir si la enfermedad se detecta a tiempo. Sin embargo, 4 de cada 5 casos se diagnostican en etapas avanzadas.
DIAGNÓSTICO OPORTUNO: LA CLAVE PARA CAMBIAR LA HISTORIA
“La mayor dificultad para la pesquisa temprana del cáncer de pulmón es que, en sus fases iniciales, suele ser totalmente asintomático. Por eso, cuando aparecen los síntomas, en general, ya estamos frente a un cáncer avanzado”. señala el doctor José Miguel Bernucci, director de Prevención y Detección Precoz del Cáncer FALP.
El escáner de tórax de baja dosis (TAC) es una herramienta fundamental para detectar lesiones pulmonares antes de que se manifiesten los síntomas. Este examen, no invasivo y de corta duración, se recomienda a personas entre 50 y 80 años con antecedentes de tabaquismo, es decir, que han fumado una o más cajetillas diarias durante al menos 20 años.
Entre las señales de alerta más comunes en etapas avanzadas del cáncer de pulmón se encuentran:
- Tos persistente o con sangre
- Silbido al respirar
- Dolor torácico
- Fatiga
- Pérdida de peso inexplicable

HERRAMIENTAS
A partir del 1 de diciembre, el GES incorporará la cobertura de un tratamiento para dejar de fumar, dirigido a personas mayores de 25 años. Esta medida busca reforzar la prevención y apoyar a quienes desean abandonar el tabaco con acompañamiento médico y psicológico.
Esta medida viene a paliar una deuda que tenía el sistema de salud chileno con las personas fumadoras. “El principal tratamiento para evitar el cáncer de pulmón es dejar de fumar y, si a eso le sumamos la detección temprana en personas de alto riesgo, es altamente probable que podamos disminuir la mortalidad por esta enfermedad en este grupo”, dijo Bernucci.
En esta misma línea, FALP ha desarrollado desde hace años el Programa de Cese Tabáquico “Juntos, un paso a la vez”, que ofrece acompañamiento médico y psicológico a quienes buscan terminar con el cigarrillo. “Dejar de fumar no es solo una decisión personal ni cosa de voluntad, el tabaquismo es una adicción, no un hábito, y requiere apoyo constante a través de terapia de cese, terapia cognitivo conductual y, en algunos casos, apoyo farmacológico. Por eso, la implementación del GES 90 es una gran noticia, porque permitirá abordar el costo de estas terapias y ampliar el acceso, saldando una deuda de nuestro país con las intervenciones para el control del tabaco”, explica Antonia Sateler, enfermera coordinadora del Programa de Prevención del Cáncer de Pulmón FALP.
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