Click acá para ir directamente al contenido

Actualidad

Neurólogo Usach: “El insomnio no es necesariamente dormir poco, es querer dormir más”

Cada vez son más las personas que tienen problemas para conciliar el sueño o que se despiertan varias veces durante la noche. El estrés, el exceso de uso de pantallas o situaciones depresivas pueden ser algunos de los gatillantes. ¿Existen mecanismos para mejorar esta situación? Sobre eso conversamos con el académico Usach, Mario Díaz.

  • Comparte
  • Disminuir tamaño de letra
  • Aumentar tamaño de letra
  • Raúl Gutiérrez Velásquez

  • Viernes 17 de mayo de 2024 | 12:46

Seguramente, en más de una ocasión, usted que está leyendo esta nota se ha despertado varias veces en la noche y ha sentido esa desagradable sensación que deja el “dormir a saltos”. Y este es un tema no menor, ya que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta 2023, el 40% de la población mundial padece insomnio. Además, un estudio publicado por la Universidad de Chile en ese mismo año indica que alrededor del 27% de la población del país padece ese trastorno de manera crónica

El insomnio no es necesariamente dormir poco, es querer dormir más”

La frase corresponde al neurólogo, y académico de la Facultad de Medicina de la Usach, Mario Díaz, y sirve para entender cuál es el real trasfondo de este trastorno que es cada vez más común entre los chilenos y que está referida a la necesidad de conciliar el sueño para tener un descanso reparador

El dormir con interrupciones se conoce como insomnio de mantención, y el doctor Díaz explica que sus causales son multifactoriales. “Puede estar relacionado con trastornos depresivos o de ánimo. Pero además, con otras alteraciones como las apneas de sueño, al síndrome de piernas inquietas y a factores ambientales (entre los que se encuentran el descansar en lugares no adecuados o muy bulliciosos). También que las personas estén pasando por situaciones estresantes (como la violencia en los barrios, por ejemplo). Todo eso puede influir en que la gente se despierte precozmente”.

Las personas que no pueden conciliar el sueño al momento de acostarse sufren de un trastorno del sueño llamado insomnio de conciliación y, al igual como ocurre con el de mantención, sus causas están provocadas por una serie de factores. Ahora, el académico Usach explica que después de los 40 años, y en las mujeres (sobre todo, después de la menopausia), aumentan notoriamente la prevalencia de estas problemáticas.

¿Por qué no puedo dormir?

Aunque hay razones orgánicas, genéticas y particulares, los motivos que generan los trastornos de sueño en muchas personas a nivel mundial están radicadas en el estilo de vida moderno, marcado por estrés, largas jornadas laborales (que incluyen los tiempos de traslado) y por el exceso en el uso de celulares, tablets o televisores a toda hora y, especialmente, a altas horas de la noche.

Sobre esto, el neurólogo indica que “la gente que es propensa al insomnio debe tener mucho cuidado con el uso de pantallas, sobre todo en la noche. La luz brillante es el principal inhibidor de la síntesis de la melatonina, la hormona que da el horario para empezar a dormir”.

Díaz aconseja que, para conseguir un mejor descanso hay que tratar de dejar un lapso, de aproximadamente una hora, entre el fin de las actividades del día y el momento en que la gente se acuesta a dormir para que exista una latencia. Y, también, mantener los horarios de sueño de lunes a domingo sin hacer grandes variaciones. Esto es para evitar un desfase en la sincronización del reloj biológico, por los cambios de hora.

“Por ejemplo, las personas que por razones de trabajo se acuestan a las once de la noche y se levantan a las seis de la mañana, y que durante los fines de semana se van a la cama a eso de las dos de la madrugada para después levantarse a las dos de la tarde se están entregando, por si solas, a un insomnio de domingo para lunes y a empezar mal su semana”, señala.

Terapias para una mejor conciliación del sueño

Si bien, mucha gente consume medicamentos hipnóticos o ansiolíticos para poder dormir, esa está lejos de ser la única vía. De hecho, hay varios caminos que no dependen de la farmacología.

De partida, el médico Usach sostiene que una buena manera para encaminar un mejor descanso se puede hacer con la terapia de restricción del tiempo en cama. Es decir, en irse a acostar justo en el momento en que se quiere dormir.

Además, existen las conocidas higienes de sueño, que son las medidas universales para un buen descanso (que se basa en tips básicos como entender que el sueño es una actividad nocturna, que se debe aplicar una rutina, evitar el consumo de estimulantes (como el té o el café) y en que se debe disminuir el ritmo de actividades por las noches).

Otro consejo se basa en tomar baños de sol (no de calor) en la medida de lo posible. Esto es conseguible con caminatas al aire libre de unos treinta minutos de duración, ya que según Díaz, esa una buena manera para la resincronización del reloj biológico de las personas. 

Y también está la terapia cognitivo conductual del insomnio, que es desarrollada por psicólogos especialistas, y que en un plazo de seis u ocho sesiones, entrega herramientas para controlar los hábitos dañinos que afectan al control del insomnio, técnicas para el control de los pensamientos intrusivos y para el dominio de la ansiedad, todo sin la necesidad de recurrir a algún remedio. De hecho, Mario Díaz sostiene que este método ya ha demostrado ser el más eficaz para tratar el insomnio crónico (que es el que permanece por un período superior al de los tres meses).

¿Y el consumo de fármacos?

El académico indica que, en lo que respecta a este tema, la mayoría de los remedios hipnóticos que se usan para el control de los trastornos del sueño (como la zoplicona, el zolpidem o las benzodiazepinas) tienen un efecto de tolerancia (acostumbramiento), y lo más relevante: no curan los problemas de sueño. “Muchas veces, el insomnio crónico está asociado a la ingesta de dichos fármacos. De hecho, los problemas para dormir son provocados, en gran medida, por esas mismas pastillas”, señala.

El neurólogo explica que si dichos medicamentos son administrados de manera intermitente podrían ayudar. Pero siempre de manera adecuada y con precaución. Además, es tajante al decir que, en el caso de ser prescritos, deben comprarse sí o sí en farmacias y nunca en la calle ni en ferias libres. El doctor indica que “hay una cosa de descontrol de la venta de los fármacos hipnóticos, ansiolíticos, que yo creo que se le ha escapado un poco de las manos al Ministerio, que yo creo que tiene que retomarse un control ahí”.

Y lo que respecta a los tratamientos naturales, el doctor Díaz explica que la mayoría de las hierbas como la valeriana, la manzanilla o la melisa “tienen efectos de sedación suave y pueden ayudar a pacientes que no sufran de un insomnio muy prolongado o severo. Pero no sirven para resolver la situación de la gente que presente cuadros de ansiedad, trastornos de ánimo o crisis de pánico”.

El médico sostiene que el problema del insomnio, aparte de ser es social es también sanitario. “Habría que sacar la cuenta de cuanto se gasta o se pierde económicamente por gente que anda somnolienta y no rinde bien en sus trabajos o provoca, por ejemplo, accidentes de tránsito. Esto genera un impacto económico muy grande en la sociedad”.

Leer también