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En el contexto de la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado en Chile, la escritora nacional Soledad Fariña presentó “Siempre volvemos a Comala” una obra ecléctica, única y conmovedora donde la poeta "escribe el silencio o sobre el silencio", como ella explicita, en un no lugar sin tiempo, con voces animadas de un vacío histórico, revolucionario y persistente.

En su texto, Fariña reconstruye, rearma, revisita, reanima, reproduce a Juan Rulfo, a José María Arguedas, a Primo Levi, a José Lezama Lima. Y desde el más allá, corporaliza la voz de Salvador Allende, de su hermana Laura, de su hija Tati.

Este 2024 la Editorial Usach publicó una cuidada edición (como parte de la colección Amerindia) de Siempre volvemos a Comala, la que fue lanzada este 21 de marzo en el Museo de la Memoria y Los Derechos Humanos.

Soledad Fariña conversó con la periodista Daniela Figueroa en el programa Frecuencia Pública sobre este libro que también es una propuesta ética y estética a la luz de los actuales tiempos donde la memoria parece más frágil que nunca. “Los que más o menos creemos en la historia o por lo menos leemos la historia, las cosas siempre vuelven. Ahora, cómo van a volver, no sé. Dónde van a estar los ideales, no sé” dijo la poeta.

La autora de Mil Novecientos Ochenta y Cinco revisita en su reciente poema ese lugar ficticio de Pedro Páramo; Comala como un territorio fantasmal donde lo inconcluso y espeso está siempre presente aunque fuera del tiempo, donde resuenan esas voces desaparecidas que hablan de sueños y luchas inacabadas, vigentes.

Soledad Fariña comentó el momento actual a propósito del que pudo ser un punto de inflexión en nuestro país desde aquel 18 de octubre de 2019. Así, sobre la revuelta, recordó: “Cuando al inicio (las personas) desfilaban por las calles, tú decías ha vuelto lo que teníamos olvidado o no tan olvidado, existe todavía”.

Y agregó: “Que se metiera el narco a financiar la destrucción de todo, a lo mejor me estoy aventurando,  pero al narco le convenía que esta revuelta se transformará en lo que se transformó, qué fue lo peor de lo peor. Y de ahí el cambio del voto, el cambio de idea de toda la gente, dicen no quiero más de esto, pero ese no era el propósito inicial”.

La ensayista criticó también a la política y a la sociedad contemporánea señalando que, a su juicio, “el arma mayor que ocupa la derecha siempre es la educación y mira cómo está. No te voy a hablar del pueblo, la sociedad chilena es in-educada, porque no es mal educada, no hay educación, no hay reflexión y en eso tiene que ver esta tecnología que nos ayuda mucho, pero pucha que no nos ayuda”.

Escucha y ve la entrevista completa aquí: