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Lucila (Ediciones B) es el nuevo libro de la escritora Patricia Cerda. Se trata de una novela sobre la vida de Gabriela Mistral que se inicia con el último viaje a Chile de la poeta en septiembre de 1954. Cerda nos entrega este punto de partida para contarnos la historia de la infancia, el desarrollo autodidacta, así como la carrera diplomática, de quien se convertirá en la primera Premio Nobel de Literatura de nuestro país.

La doctorada en historia en la Universidad Libre de Berlín, quien reside en dicha ciudad desde 1986, ha publicado ensayos sobre literatura y filosofía en diversas revistas especializadas alemanas y chilenas. Mestiza, fue su primera novela, que figuró rápidamente en el ranking de los libros más vendidos, bajo el sello Ediciones B, donde también publicó Rugendas y Ercilla. Y por editorial Planeta publicó Violeta y Nicanor.

Desde Alemania, Patricia Cerda conversó con la periodista Daniela Figueroa en el programa Frecuencia Pública sobre su investigación sobre Mistral para dar vida a su novela Lucila.

 “Me planteé cómo escribir sobre ella porque yo quería escribir una novela, no una biografía, y (al pensar) cómo abordarla se me apareció la imagen de tres mujeres en el Valle del Elqui, esa es la imagen que está al principio de la novela. Tres mujeres que son la madre, Petronila, la hermana, Emelina, y Lucila. Las vi sobreviviendo en un mundo muy machista” comentó Cerda.

Sobre el contexto histórico donde la maestra rural llegó a convertirse en un referente panamericano de educación, la autora comentó que si bien Gabriela Mistral se comprendía a sí misma como socialista cristiana, jamás soviética “el mundo la obligaba un poco a definirse, el siglo XX fue una época de grandes luchas políticas, marcadas por dos ideologías muy fuertes que estaban en pugna. Y yo encuentro que uno de los logros que tuvo ella fue mantener su libertad de pensamiento, ella era una libre pensadora muy interesada y curiosa a nivel intelectual por todas las tendencias que habían”. Y agregó “(Gabriela) pensaba en un socialismo en el que, por ejemplo, los campesinos tuvieran derecho a la tierra y en esto lo comparaba con Francia”

El libro donde la autora da voz a Gabriela recodándose a sí mima como Lucila, da muchas luces de su personalidad: tímida de niña, profesora autodidacta y lírica (respondía sus exámenes en forma de poemas), contemplativa y conectada con la tierra en su más amplio sentido.  “Gabriela Mistral es una mujer con contradicciones y eso es lo que la hace tan interesante. Ella era una mujer muy humilde en el sentido de que rechaza las comodidades burguesa, no le importa dónde vivir, nunca se siente intimidada cuando está cerca del poder porque el poder no le interesa y es genuino (...) Pero por otro lado, ella si quiere el reconocimiento, eso sí que lo quiere”, señala la escritora. Y ya de adulta conocemos a una Gabriela crítica, opinante, promotora de la reforma agraria, una mujer pública tan admirada como temida por la élite política e intelectual chilena. “Sabemos muy poco el pensamiento mistraliano, en general, porque como era una libre pensadora que tenía opiniones muy claras para los asuntos que le preguntaban, pedagogía, feminismo, asuntos políticos” sostuvo Patricia Cerda.

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