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El pasado lunes 13 de junio Gustavo Gatica, joven que fue víctima de trauma ocular por parte de Carabineros durante el estallido social, recibió su título de psicólogo de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano. A través de las redes sociales recibió el saludo de distintas figuras y autoridades públicas por haber finalizado este proceso, a pesar de su condición.

Razones Editoriales conversó con Gustavo Gatica para conocer cómo ha sido su rehabilitación y qué piensa del país con una nueva Constitución. “Me parece bonito que se esté finalizando este proceso que me tiene súper entusiasmado desde el principio. Al comienzo tenía muchos reparos de que esto no fuera a ser una nueva cocina, pero de a poquito me fui esperanzando”, apunta. “A veces se nos olvida que este proceso nace de una movilización histórica por cambios profundos, miles de personas salieron a la calle. Lamentablemente eso costó vidas, ojos y todo ese sacrificio no puede ser en vano”, sostiene el joven psicólogo.

Sobre cómo ha sido su proceso de rehabilitación y su carrera académica, Gatica confiesa. “Ha sido complejo, con múltiples etapas, tuve que aprender a hacer todo de nuevo, hasta comer, fue un camino de entender que lo que me estaba pasando a mí golpeaba emocionalmente a muchas personas. La pandemia me ayudó a que este cambio no fuese tan abrupto, me permitió hacer mi rehabilitación más en calma”, plantea.

En cuanto a sus expectativas con el nuevo Gobierno, el psicólogo se manifiesta esperanzado. “A veces uno es muy exigente, pero tengo muchas esperanzas en este Gobierno, espero que se acentúe la protección de los Derechos Humanos, que se realice un programa de DD.HH. porque no ha habido justicia. Yo soy parte de un grupo de música, somos 10 músicos afectados con trauma ocular, y solo en mi caso está identificado el ejecutor, en los otros nueve casos no hay información”, asegura.

Ya concluyendo, Gustavo Gatica reflexiona. “Creo que uno siempre debe aportar de alguna forma a la sociedad. Durante este proceso me invitaron a tomar diversos cargos públicos, de constituyente o de diputado, pero no me hacía nada de gracia. La política es muy bonita, pero tiene una parte muy dura, que tienes que aguantártela, y era un espacio en el que no quería estar. Desde la psicología me siento bien, cómodo y me permite aportar”, finaliza.