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¿Cómo evolucionó la influencia de la oligarquía en el Congreso del siglo XIX? ¿Cuál es la relación entre un grupo reducido de familias que formaron el núcleo de la élite? Son parte de las preguntas que aborda una investigación realizada por Naim Bro y que analiza los oligarcas y la burguesía en el congreso chileno del Siglo XIX (1834-1894).

Para conocer más detalles, Razones Editoriales conversó con el investigador postdoctoral de la Escuela de Gobierno de la UAI, Naim Bro. “En este caso se estudió a todos los parlamentarios chilenos desde 1834-1894, son mil quinientas personas, pero yo tomé solo las que tenían parentesco, y lo sorprendente fue descubrir que más de mil de esos parlamentarios están conectados en red, tienen acercamiento. Analicé por capas de parentesco, casi como una cebolla, desde los que están más al centro hasta los más lejanos”, explica el investigador.

El estudio arrojó conclusiones contundentes. “Mi impresión es que Chile tiene una elite particularmente cohesionada más que otros países de Latinoamérica. A diferencia de otros países donde hay elite regionales, como Colombia, en Chile muy temprano en el siglo XIX se configura una elite nacional que perdura hasta ahora”, asegura el experto.

Algunos apellidos se mantienen en el parlamento como los Larraín. “Es el apellido más distintivo de la clase alta, en términos numéricos es el más numeroso en la elite. Muchos apellidos vascos se acercan como los Irarrázaval, pero si miramos bien, siempre en el Congreso ha habido un Larraín”, afirma.

Consultado por el momento político que está viviendo Chile, Naim Bro plantea que “estamos en un momento de transición política acelerada, que se parece mucho a 1920. En ese año hubo una ruptura fuerte, hubo una recomposición social del Congreso que cambia radicalmente. Hoy estamos viviendo un proceso parecido, donde el convencional medio es muy parecido al chileno medio, más que el congresista”.