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“La constitución de 1980 está manchada de sangre, entre otros del expresidente Eduardo Frei Montalva”, dijo hace unos días el abogado de Derechos Humanos y ahora ex convencional Roberto Celedón, como un llamado de atención a los sectores de la Democracia Cristiana que abiertamente proponen el rechazo a una nueva Constitución.

Ahora que la Junta Nacional de la DC se inclinó por el Apruebo, Razones Editoriales conversó con Celedón sobre esta decisión y también, sobre la importancia que le asigna a la postura política del expresidente Ricardo Lagos. “Sinceramente me sorprende y de alguna manera lo lamento, porque él fue una figura fundamental dentro de todo el movimiento de lucha de recuperación de la democracia en Chile, y su actitud de identificarse con la Constitución del 80 me parece insólita”, reconoce el abogado.

En materia política, Celedón apunta a la historia que llevó a la reforma constitucional durante la administración de Lagos. “Lo que pasa que la reforma de agosto de 2005 implicaba dos materias, primero el fin de los senadores designados y segundo, un conjunto de reformas al capítulo sobre el Tribunal Constitucional, que en la normativa transitoria faculta al presidente de la República para elaborar un texto constitucional y eso origina el decreto que tiene la firma de Lagos”, cuenta.

Sobre qué hubiese esperado de Ricardo Lagos como miembro del Partido Socialista, Celedón repara. “Un apoyo leal a un proceso que fue una conquista popular del estallido social, en la lucha por la democracia no tuvimos un cambio de la Constitución. Muy distinta hubiera sido la historia de la transición si hubiéramos tenido la oportunidad de elaborar una nueva Constitución. Todo demócrata debiera estar con esta nueva Constitución”, plantea.

Sobre el texto final, el abogado afirma. “Es un gran texto, perfectible, sin duda, pero hay valores, instituciones que se crean, se restituye en plenitud la soberanía del pueblo. Hay un capítulo de democracia participativa, territorial, eso es muy importante porque lo que no les gusta a los opositores es esta recuperación del poder soberano del ciudadano, cosa que no dicen”, advierte. “Lagos dice algo muy lúcido, tal vez sin darse cuenta, dice el Estado ausente o subsidiario, y ese vacío lo llenaron los privados en su provecho”, precisa.

Sobre la decisión de la DC de apoyar el Apruebo, el abogado de Derechos Humanos considera. “Me pareció emocionante, me parece que es un hecho político de la mayor envergadura. Porque solo conocíamos la opinión de los líderes que pedían libre acción, por no decir que querían votar por el Rechazo. Es un triunfo del pueblo silenciado, no escuchado de la Democracia Cristiana”, asegura.