Pablo Medel
Científicos de 41 instituciones en 7 países usaron el Telescopio de Cosmología de Atacama, en Chile, para llegar a determinar con mayor precisión la edad del universo. Sus hallazgos confirmaron que el universo tiene 13,8 mil millones de años de antigüedad, basados en los brillos residuales que quedaron del Big bang.
Esta tarde, Iveliz Martel conversó con Rolando Dunner, subdirector del Centro de Astrofísica de la Pontificia Universidad Católica, sobre la edad del universo. “El Big bang es el comienzo del universo y descubrimos que el universo debe haber sido muy pequeño y muy caliente, por eso brilla. Y pasó que en un cierto instante dejó de ser opaco y se volvió transparente y esta luz viajó por todo el universo y se expandió. Entonces al medir esta radiación, estamos haciendo una especie de fotografía de este universo temprano”, explica el experto.
Sobre el concepto tan conocido del universo en expansión, Dunner detalla. “El universo siempre ha sido infinito, lo que pasó que todo estaba más junto, las cosas estaban más cerca unas de otras, era más denso, y el Big bang lo que hace es que expande este universo, y en esta sopa de materia se forman las primeras estrellas, las primeras galaxias”, cuenta el especialista.
En términos simples, “lo que ocurre que en este universo temprano, la hipótesis es que existían regiones con distintas densidades. A medida que este universo se iba expandiendo, la fuerza de gravedad hace que las que tenían mayor densidad atraen mayor cantidad de materia, lo que fue creando estrellas, acumulando materia en grupos de galaxias, y ahora cuando uno mira las estrellas se ve claramente esos grupos de estrellas y galaxias”, sostiene.
Por qué es importante saber del universo. El astrofísico responde, “desde siempre la humanidad se ha preguntado de dónde venimos, cómo se formó la tierra, las estrellas, dar explicación a las cosas, y que pregunta más importante que darle la edad a nuestro universo. Hace veinte años se ha avanzado mucho y ahora podemos dar respuesta a esta pregunta”, concluye Rolando Dunner, subdirector del Centro de Astrofísica de la PUC.