Aunque muchas mujeres crecieron escuchando que el dolor menstrual es “normal” o “parte del ciclo”, los especialistas advierten que esta creencia puede retrasar diagnósticos importantes y afectar la salud reproductiva. Desde DKT Chile, la matrona Victoria Cancino hace un llamado a derribar mitos y a prestar atención a aquellos dolores que podrían estar alertando condiciones como la endometriosis, infecciones o alteraciones anatómicas.
“Primero, decir que el dolor no es normal. Si uno siente dolor, no es normal, porque no deberíamos vivir con dolor. Desde ahí empezamos a buscar por qué lo sentimos”, afirma Cancino.
La profesional explica que existen distintos tipos de dolores pélvicos, cuya causa puede ir desde contracciones de los ligamentos que rodean el útero y los ovarios, hasta infecciones o afecciones genitourinarias.
“Los dolores menstruales vienen de los ligamentos que rodean las trompas y el útero. El dolor puede sentirse como de ovario, de útero o más general, porque abarca toda la zona. Pero también existe el dolor pélvico asociado a infecciones o el que aparece al orinar o al tener relaciones sexuales”, detalla.
¿CUÁNDO PREOCUPARSE?
Aunque existe variación en la tolerancia al dolor entre mujeres, hay indicadores que no deben ignorarse. “Cuando hacemos exámenes como ecografías o análisis de sangre y todo está normal, podemos hablar de un dolor funcional, pero incluso así debe tratarse. Lo importante es que nuestras mujeres no sientan dolor”, enfatiza Cancino.
La matrona agrega que hay situaciones en las que se debe buscar atención profesional de forma prioritaria:
- Si el dolor no disminuye con calor local: “Si colocamos un guaterito y el dolor continúa o aumenta, es momento de consultar”, advierte.
- Si no responde a analgésicos habituales usados para el dolor menstrual: “Si tomamos medicamentos como ácido mefenámico y el dolor no cede, también es una señal de alerta”, sostiene.
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La posición del útero también puede influir en la intensidad del dolor menstrual. “Algunas mujeres tienen el útero hacia adelante, otras al centro y un grupo menor lo tiene hacia atrás, apoyado en los intestinos. Ese grupo tiende a sentir más dolor porque la mecánica del ciclo exige mayor desplazamiento del útero”, explica Cancino.
Si bien es una variación anatómica normal, puede causar menstruaciones más dolorosas sin implicar una patología.
MÉTODOS ANTICONCEPTIVOS Y SU IMPACTO EN EL DOLOR
Cancino aclara que ciertos métodos pueden aumentar o disminuir el dolor menstrual. “Los anticonceptivos hormonales suelen disminuir el dolor porque generan sangrados ficticios, no nuestra menstruación natural. En cambio, la T de cobre puede aumentar el dolor porque provoca inflamación del endometrio”, señala.
Este comportamiento puede sorprender a mujeres que nunca habían sentido dolor antes de colocarse un dispositivo intrauterino.
El mensaje de la matrona es claro: el dolor no debe normalizarse y debe ser evaluado. Condiciones como la endometriosis, si no son detectadas a tiempo, pueden afectar la calidad de vida y la fertilidad.
“Realizar controles ginecológicos regulares no solo previene complicaciones, sino que protege la fertilidad y la calidad de vida. Si algo duele, hay que revisarlo”, concluye Cancino.
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