Este año, la Tierra ya estará 1.5 grados Celsius más caliente que los niveles preindustriales, al menos temporalmente. Hay un 50% de probabilidades de que el calentamiento global supere establemente 1,5 ºC en seis años.
Aunque los gobiernos en el Acuerdo de París de 2015 se comprometieron a limitar el calentamiento por debajo de 2 grados Celsius, el mundo sigue en camino de alcanzar un aumento de 2.7 grados Celsius hacia 2100, según el grupo de expertos de Climate Action Tracker. La falta de acción suficiente amenaza con aumentar los riesgos climáticos.
Se proyecta una cima de emisiones (que aumentarán en 0,8% en 2024) para finales de la década, pero no la disminución pronunciada necesaria en ese período para alcanzar el objetivo del Acuerdo de París.
Los mayores emisores son China (29,2% del total), Estados Unidos (11,2%), India (7,3%) y la Unión Europea (6,7%). Se prevé que las emisiones de Estados Unidos, principal productor y consumidor mundial de petróleo y gas, disminuyan un 0,6% este año, en tanto que las de la Unión Europea se reducirán un 3,8%.
Mientras, las emisiones de India aumentarán un 4,6% este año, impulsadas por el aumento de la demanda de energía alimentada por el crecimiento económico. Las emisiones de China, segundo consumidor de petróleo del mundo, aumentarán un 0,2%. Se espera que las emisiones de la aviación y el transporte marítimo internacionales aumenten un 7,8% este año, ya que el transporte aéreo sigue recuperándose de la caída de la demanda durante la pandemia de Covid-19.
A pesar de las promesas de varios países de eliminar sus emisiones netas para mediados de siglo, muchos no han respaldado esos compromisos con acciones suficientes. Aunque algunos países han tomado medidas, el uso de combustibles fósiles ha aumentado para satisfacer la creciente demanda de energía, superando la expansión de las energías limpias.
En los últimos tres años, Estados Unidos aprobó la Ley de Reducción de la Inflación, que invertirá cientos de miles de millones de dólares en tecnologías de bajo carbono, como la energía eólica, solar y nuclear, además de tecnologías de captura de carbono.
China ya vende internamente más vehículos eléctricos e híbridos que convencionales y la Unión Europea ha aumentado sus objetivos para energías renovables y bombas de calor. Las inversiones en energía limpia ahora duplican a las de combustibles fósiles, especialmente en petróleo y gas, por primera vez, mientras que la inversión en capacidad de manufactura limpia está creciendo rápidamente. Sin embargo, los subsidios a los combustibles fósiles permanecen en un nivel histórico, y el financiamiento para proyectos que prolongan su uso se cuadruplicó entre 2021 y 2022.
Climate Action Tracker también estimó los posibles efectos del regreso de Trump a la Casa Blanca, quien ha prometido reducir el apoyo a la energía limpia y los vehículos eléctricos y desmantelar las regulaciones ambientales.
Los autores calcularon que un retroceso completo de las políticas climáticas de EE. UU. podría agregar unas pocas décimas de grado de calentamiento para 2100. El efecto sería relativamente limitado, en parte porque Estados Unidos representa solo el 11% de las emisiones globales actuales. Pero si las acciones de la administración Trump llevaran a otros países a debilitar o abandonar sus políticas climáticas, el efecto podría ser mucho mayor.
El estudio calculó lo que los países tendrían que hacer para mantener el calentamiento global más cerca de un promedio a largo plazo de 1,5 grados Celsius. China tendría que reducir sus emisiones en dos tercios por debajo de los niveles de 2005 hacia 2035. Estados Unidos necesitaría reducir sus emisiones aproximadamente un 80 % en el mismo lapso. India, Europa, Brasil, Japón y Australia también tendrían que hacer recortes más profundos de los que actualmente planean.
Las acciones tomadas por Chile y Costa Rica son consideradas "casi suficientes", los únicos casos en el continente entre los que se dispone de datos, junto a Noruega y algunos pocos países africanos y asiáticos.
Por su parte, Naciones Unidas señala en su más reciente informe que "reducir los gases de efecto invernadero en la próxima ronda de Contribuciones Determinadas a nivel Nacional (CDN), cuyo plazo de actualización está previsto para principios de 2025 antes de la COP30", requiere disminuir las emisiones agregadas en 42% hacia 2030 y en 57% hacia 2035 para alcanzar el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 ºC.
Si no se aumenta la ambición en las nuevas CDN y se empiezan a cumplir inmediatamente, habría consecuencias devastadoras para las personas, el planeta y las economías. Siempre según Naciones Unidas, "desde el punto de vista técnico, sigue siendo posible limitar el aumento de la temperatura media mundial a 1,5 ºC. Asimismo, la energía solar, eólica y las medidas basadas en los bosques prometen reducciones rápidas y radicales de las emisiones... Los países del G20, en particular los miembros con mayores emisiones, tendrían que hacer el trabajo pesado".