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El 14 de julio de 1976 Carmelo Soria, ciudadano español radicado en Chile, no regresó a su casa. De vuelta de su trabajo en la oficina de Celade en Providencia, el funcionario de Naciones Unidas fue secuestrado por agentes de la DINA, que haciéndose pasar por Carabineros se subieron a su automóvil y lo llevaron a la casa de Michael Townley, en Lo Curro, donde lo torturaron.

Su auto se encontró volcado en un canal del Parque Metropolitano y Soria fue hallado muerto el día 16 de julio en un montaje que lo hacía parecer un suicidio. Tenía 54 años, su cadáver presentaba fracturas y otros traumas que no calzaban con el supuesto accidente automovilístico. "Pobre Chile", fueron sus últimas palabras.

A  47 años de este asesinato la editorial Ceibo, en su colección 50 años, publicó el libroCarmelo. Matar a un hombre dos veces, de los periodistas de investigación Andrés López Awad y Camilo Pérez Alveal, quienes recrean la historia de este funcionario internacional que de joven luchó contra la dictadura de Franco en su España natal, y que en Chile fue también parte de la resistencia desde el Partido Comunista ayudando a perseguidos de Pinochet a encontrar asilo en diferentes embajadas en Santiago.

Daniela Figueroa en el programa Frecuencia Pública de Radio Usach conversó con Andrés López Awad  sobre esta investigación que les llevó 3 años y que fue alentada para convertirse en libro por el destacado periodista de investigación Javier Rebolledo.

López Awad agregó que “la Ley de Aministía es un tema que se aborda mucho en el libro y que tiene que ver con la impunidad. (…) El año 93, con los papeles en la mano y los asesinos confesos, empiezan a aparecer una serie de trabas para que el caso de Carmelo Soria no encontrara justicia, un poco haciéndole honor a la frase del Presidente Aylwin ‘la justicia en la medida de lo posible’ porque ese año dos de los asesinos son amnistiados. El caso de Carmelo Soria es un retrato de la justicia en la medida de lo posible”.

“En los 90, y no lo digo yo sino el vocero de la Concertación que en ese momento era Francisco Vidal, el eje de la gobernabilidad era precisamente no molestar mucho a Pinochet. Y la Brigada Mulchén, que son los que asesinan a Soria, eran muy cercanos a Pinochet” sostuvo el coautor.

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